Como concepto político, la sostenibilidad tiene su origen en el informe Brundtland de 1987, conocido comúnmente como Nuestro futuro común. Este documento se interesa por la tensión entre las aspiraciones de la humanidad de un vida mejor y las limitaciones impuestas por la naturaleza. Con el transcurrir del tiempo, el concepto se ha reinterpretado y ha incorporado tres dimensiones: ambiental, social y económica.
En este documento se argumenta que este cambio de significado tiene tres implicaciones: (a) oscurece la contradicción real entre los objetivos de bienestar para todos y la conservación ambiental; (b) existe el riesgo de disminuir la importancia de la dimensión ambiental; (c) separa los aspectos sociales de los económicos, los cuales son en realidad una misma cosa. Se propone que debe volverse a la acepción original, en la cual se asocia a la sostenibilidad con el bienestar de las generaciones futuras y, en particular, con los recursos naturales irremplazables —en oposición a la gratificación de las necesidades del presente—.
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Documento Editorial:
Reflexiones sobre la necesidad de evaluar la sostenibilidad de un proceso químico industrial
Video:
3 de mayo de 2017. Conflictos socioambientales y minería en Guerrero: su coyuntura actual
Video:
Concreto ecológico
Trabajo de curso:
¡Auxilio! ¿Cómo utilizo BREEAM?
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Mapeo de la producción mineral antropogénica y sus implicaciones para una economía circular
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La gestión de las relaciones con los clientes como característica de la alta rentabilidad empresarial
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Configuración de los valores de María, antes y después de la violación, en Satanás de Mario Mendoza