Las redes de sensores inalámbricos (WSNs, por sus siglas en inglés) se consideran una solución adecuada para la monitorización ambiental en exteriores a largo plazo y a gran escala. Sin embargo, una característica importante que distingue a las WSNs de los sistemas de monitorización tradicionales es sus limitaciones energéticas. De hecho, estos nodos suelen contar con una fuente de energía limitada y generalmente no recargable. Por lo tanto, gestionar estos recursos limitados es un desafío clave. En este artículo utilizamos un esquema de optimización basado en modulación adaptativa y control de potencia para un protocolo de enrutamiento ecológico. El mecanismo de optimización está sujeto a ciertos requisitos de calidad de servicio en términos de tiempo total de retardo de extremo a extremo y tasa de error de bit. Los resultados de la simulación muestran que el algoritmo propuesto puede, teóricamente, reducir el consumo de energía de los nodos sensores casi a la mitad.
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