Las lesiones de los nervios periféricos son una condición frecuente y discapacitante, que afecta a 13 a 23 de cada 100.000 personas cada año. Los casos graves, con ruptura estructural del nervio, están asociados con una pobre recuperación funcional. El tratamiento experimental que utiliza injertos de nervios para reemplazar axones dañados o acortados está limitado por dificultades técnicas, invasividad y resultados mediocres. Otras opciones terapéuticas incluyen la aplicación adyuvante de células de Schwann cultivadas y conductos nerviosos para guiar el crecimiento axonal. La médula ósea es una rica fuente de células mesenquimales, que pueden diferenciarse en células de Schwann y posteriormente injertarse en el nervio dañado. Alternativamente, las células mesenquimales de médula ósea indiferenciadas pueden asociarse con conductos nerviosos y luego ser trasplantadas. Estudios experimentales proporcionan evidencia de mejora funcional, histológica y electromiográfica después del
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