El Colangiocarcinoma o CGC es un tumor primario intrahépatico que se caracteriza por generar clínicamente signos inespecíficos de difícil aproximación diagnóstica, la citología dirigida con ecografía o laparotomía exploratoria, facilitan su análisis, pero con el agravante de que el crecimiento tumoral en la mayoría de los casos está comprometiendo en un 60% aproximadamente el tejido hepático. El diagnóstico histopatológico permite determinar el origen primario del tumor como herramienta para su identificación y pronóstico del curso de la enfermedad. Los hallazgos clínicos no indicaron insuficiencia hepática, pero sí se evidenció hipoproteinemia y ecográficamente irregularidad de la silueta hepática para el presente caso.
INTRODUCCIÓN
Neoplasia (del griego “neo”, nuevo y “plasis”, formación) es la proliferación de clones de células atípicas, sin causa aparente de crecimiento excesivo, progresivo e ilimitado, no coordinado y autónomo [1]. Las células modificadas son ventajosas para la proliferación y la resistencia a la inducción de mecanismos de muerte celular, que culmina en el mantenimiento de células genéticamente alteradas en el tejido de origen. Con el tiempo, las células modificadas pueden adquirir la capacidad de invasión local, la inducción de cambios sostenidos en el microambiente del tejido, tales como la formación de nuevos vasos sanguíneos (angiogénesis) y, finalmente, la capacidad metastásica [2].
“El hígado es un órgano de frecuente aparición de neoplasias, pueden ser malignas y benignas; las neoplasias hepáticas primarias se clasifican según el origen embriológico en epiteliales y mesenquimales; adicionalmente, en el hígado se manifiestan varias neoplasias metastásicas” [3]. La prevalencia de neoplasias primarias hepatobiliares tienen un rango desde 0,6% a 2,6% en estudios de necropsia en caninos [4, 5].
El colangiocarcinoma (cgc) o carcinoma de conductos biliares es una neoplasia hepática primaria rara; se reporta en animales domésticos, especialmente en caninos y felinos, pero poco en otras especies [3], con alta morbilidad y mortalidad [6]. También llamado carcinoma colangiocelular [7, 8], es un tumor maligno de las células epiteliales que tapizan el ducto biliar [9], afectando tanto los conductos biliares intrahepáticos como los extrahepáticos [8]. En caninos, la forma intrahépatica es más frecuente, al ser el segundo tumor maligno primario más común; representa el 22-44% de todos los tumores malignos del hígado en esta especie [10]. Ha sido reportado en gatos viejos, y en ellos es la neoplasia hepática más frecuente, no se conoce que tenga predilección por raza en esta especie [11].
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