En el manejo de tumores óseos y de tejidos blandos, el diagnóstico preciso, utilizando una combinación de datos clínicos, radiográficos e histológicos, es fundamental para optimizar el resultado. En ocasiones, el diagnóstico se puede realizar mediante una cuidadosa historia clínica, examen físico e imágenes solamente. Sin embargo, el diagnóstico final generalmente depende del análisis histológico realizado por un patólogo experimentado. La biopsia es una cirugía muy importante y compleja en el proceso de estadificación. Debe realizarse con cuidado para no afectar negativamente el resultado. Consideraciones técnicas incluyen la ubicación y orientación adecuadas de la incisión de la biopsia y una hemostasia meticulosa. Es necesario obtener tejido para un diagnóstico histológico sin diseminar el tumor y comprometer el tratamiento. Además, el cirujano no debe abrir barreras compartimentales, planos anatómicos, espacio articular y área de tejido alrededor de haces neurovasculares. Sin embargo, se debe evitar producir un hematoma.
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