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Conotoxins: Potential Weapons from the SeaConotoxinas: armas potenciales del mar

Resumen

Los caracoles de cono son animales marinos depredadores que matan a sus presas con un poderoso veneno. Las conotoxinas son un grupo farmacológico y químicamente diverso de toxinas que se encuentran en el veneno. Varias especies de caracoles cónicos, como Conus geographus, son mortales para los humanos. Las conotoxinas afectan numerosos receptores de neurotransmisores y canales iónicos en el cuerpo. Los receptores afectados incluyen nicotínico, adrenérgico, NMDA y serotoninérgico. Los canales iónicos alterados incluyen sodio, potasio y calcio. El efecto más letal de las conotoxinas para los humanos es la parálisis muscular del diafragma que causa paro respiratorio. Numerosas conotoxinas se utilizan como herramientas de investigación o se exploran como fármacos terapéuticos. Existen preocupaciones en el campo de la seguridad nacional de que ciertas conotoxinas podrían ser armadas y utilizadas en aerosol. Las conotoxinas en riesgo de uso terrorista incluyen a-conotoxinas, κ-conotoxinas y δ-conotoxinas. La mayoría de las conotoxinas no son una amenaza de bioterrorismo.

Los caracoles cónicos

El caracol cónico es un caracol depredador marino que utiliza un poderoso veneno para matar a su presa [1]. Las conotoxinas son un grupo de toxinas basadas en péptidos ricos en cisteína en el veneno de los caracoles cónicos [2]. La mayoría de las conotoxinas contienen múltiples puentes de disulfuro. Los usos secundarios de las conotoxinas por los caracoles son la protección contra los depredadores y los competidores. Las conotoxinas son consideradas por los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos como un agente potencial en el bioterrorismo [3]. La mayoría de los animales venenosos (por ejemplo, serpientes y artrópodos) sólo producen uno o unos pocos venenos. Un solo caracol cónico produce más de 100 toxinas individuales [4]. No todas las conotoxinas se consideran de alto riesgo para el bioterrorismo [5].

Los caracoles cónicos pertenecen al filo Mollusca, a la clase Gastropoda, al orden Sorbeoconcha, y a la familia Conidae, y al género Conus [6]. Las conchas de los caracoles cónicos son espirales y cónicas, de ahí su nombre. Los caracoles cónicos se encuentran en los mares y océanos cálidos de todo el mundo, pero principalmente en la región del Pacífico Indo-Occidental [7]. Hay aproximadamente 700 especies de caracoles cónicos y todos son carnívoros. La mayoría de los caracoles cónicos son cazadores nocturnos. Las diferentes especies se especializan en comer pescado, gusanos (por ejemplo, poliquetos) u otros moluscos. Los caracoles cónicos que comen pescado son piscívoros. Los moluscos comen otros caracoles. Los caracoles cónicos que comen gusanos son vermívoros.

El sifón es la "nariz" del caracol cónico. El sifón se utiliza para detectar a la presa y para la respiración. La probóscide es la herramienta de caza utilizada por el caracol. La probóscide es una larga elongación muscular tubular de la boca. En la probóscide hay arpones que contienen las toxinas. La síntesis de las conotoxinas tiene lugar en las células epiteliales del conducto del veneno y luego se segrega en el lumen del conducto del veneno. Unido al conducto de veneno está el bulbo de veneno. La función del bulbo de veneno es contraer y empujar el veneno hacia el arpón.

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