La Formación La Quinta es una unidad volcano-sedimentaria del Triásico-Jurásico que aflora en ambos flancos de la serranía del Perijá y en la parte occidental de Los Andes de Mérida, en Colombia y Venezuela. Está conformada por capas de lodolita y arenisca rojiza intercaladas con lavas basálticas a riolíticas e ignimbritas. Esta sucesión está localmente intruida por cuerpos hipoabisales riolíticos-dacíticos, diques félsicos y stocks monzodioríticos. El volcanismo registrado en la Formación La Quinta abarca un rango composicional amplio en la serie subalcalina que incluye: basalto alcalino-andesita basáltica (plagioclasa+augita), andesita-traquiandesita-dacita (plagioclasa+augita+cuarzo+anfíbol) y riolita-riolita alcalina (cuarzo+sanidina+plagioclasa+biotita). Los minerales accesorios son magnetita, ilmenita, hematita, circón y apatito, lo que sugiere condiciones oxidantes en los magmas (desde +1.2 Ni-NiO hasta el campo de hematita-magnetita). Análisis de geotermobarometría en clinopiroxeno (~1120 °C y 4.6 kbar) indican que su cristalización ocurrió en la porción media de una corteza continental normal a engrosada (26-49 km), y precedió al fraccionamiento de ilmenita-magnetita (~720 °C). Adicionalmente, las rocas exhiben alteración de calcisilicatos (grosularia-andradita hidratada, epidota y ceolitas), en asociación con posibles depósitos cupríferos estrato-ligados. Las evidencias mineralógicas y geoquímicas halladas sugieren que estas rocas pertenecen a una suite comagmática donde los procesos de diferenciación estuvieron gobernados por la cristalización fraccionada a baja presión y la asimilación parcial de la corteza media. Asimismo, estas rocas se formaron a partir de grados de fusión parcial bajos en una lherzolita de espinela (o una fuente enriquecida) dentro de un ajuste tectónico suprasubducción de naturaleza híbrida entre un arco y un rift. De tal modo, en este artículo se propone un escenario tectónico mixto en el cual la placa Farallón subducía bajo la placa Suramericana al mismo tiempo que se generaban cuencas transtensionales ligadas al rompimiento de Pangea. De allí la existencia de la actividad volcánica con firma de arco en La Quinta, que estaba ubicada detrás del arco principal.
Introducción
Las rocas volcánicas y plutónicas del Triásico-Jurásico más tardío (ca. 160-210 Ma) están ampliamente distribuidas en localidades discontinuas a lo largo de los Andes colombianos (Figura 1), incluyendo la porción sur de las Cordilleras Oriental y Central, el Valle Superior del Magdalena, el Macizo de Santander, la Serranía de San Lucas, la Serranía del Perijá, la Sierra Nevada de Santa Marta y la Península de La Guajira (Bustamante et al., 2010; Leal-Mejía et al., 2019; Spikings et al., 2019; Bayona et al., 2020; López-Isaza & Zuluaga, 2020; Ramírez et al., 2020). Estas rocas presentan un amplio rango composicional en el espectro subalcalino (basalto/gabro a riolita/granito) (Rodríguez et al., 2018; Correa-Martínez et al., 2019; López-Isaza & Zuluaga, 2020; Rodríguez-García & Obando, 2020).
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