A través del desarrollo exitoso de tecnología para la coproducción de bioetanol, electricidad y calor a partir de residuos agrícolas y otras fuentes de residuos de biomasa, se puede incrementar considerablemente el uso de etanol como combustible de transporte renovable, llevando a reducciones sustanciales en las emisiones de CO2. Una evaluación del estado del arte internacional indica cierto número de factores de I&D (Investigación y Desarrollo) que deben ser enfocados para hacer posible una implantación a gran escala.
Hay que aclarar que desde la publicación de este artículo (2001), se han realizado varias mejoras en este campo, entre ellos: se ha reducido el costo en la producción de enzimas para hidrólisis de celulosa, de acuerdo a lo declarado por las principales compañías fabricantes; asimismo, se han adelantado mejoras en la fermentación combinada de etanol de azúcares C5 y C6 con levadura Saccharomyces cerevisiae modificada
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