Resumen

China ha sido descrita como un sistema autoritario forjado en el engaño1 . Lo más preocupante es que se ha observado que censura la investigación sobre los orígenes de la pandemia del COVID-19. Su tamaño y su secretismo por sí solos pueden alimentar la imaginación de cuántos laboratorios y bases militares se encuentran en el Estado comunista. Por no hablar de que ya se sabe que ha cruzado la línea antes: la edición de genes de bebés.2 El origen del SARS-CoV-2 relacionado con conspiraciones de armas biológicas o un lableak de China es digno de revisión. Ya hay suficiente riesgo de que cunda el pánico durante una pandemia. Se necesitan respuestas, para que al menos podamos reducir una fuente de ansiedad: los orígenes de la pandemia.

Esto es a lo que nos enfrentamos El Departamento de Estado de EE.UU. convocó al embajador chino en EE.UU. para protestar por los comentarios de un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino que había sugerido que el ejército de EE.UU. podría haber llevado el coronavirus a Wuhan.3 El senador Tom Cotton, republicano de Arkansas, en una aparición en Fox News, sugirió que el virus era el resultado de un programa de armas biológicas chapucero de China. Un escritor del periódico palestino Al-Quds Daily sostiene que el coronavirus era un arma biológica empleada por Estados Unidos e Israel contra China e Irán.4 Otros sugieren que el virus procedía de un laboratorio de Wuhan, que realizaba investigaciones legítimas, donde el Departamento de Estado de Estados Unidos ya ha estado investigando a fondo las preocupaciones en materia de seguridad.5

En cuanto a la teoría de las armas biológicas, es más fácil de descartar. Para desarrollar una forma de virus convertida en arma, se necesitarían muchos meses de completo secretismo, utilizando tecnología estándar de edición de genes. Con sistemas CRISPR/Cas avanzados, esto podría acortarse a semanas; sin embargo, incluso esto es virtualmente imposible en el escenario actual. ¿Por qué en secreto? Debido a la Convención sobre Armas Biológicas (CAB) de 1972, que convierte el uso de armas biológicas en un crimen de guerra. En agosto de 2019, 183 estados han ratificado o se han adherido al tratado, incluidos China, Rusia, Irán y Estados Unidos. Algunos Estados tenían reservas, ya que la CAB permite el almacenamiento de agentes biológicos y toxinas con "fines profilácticos, de protección u otros fines pacíficos", razón por la cual la viruela sigue almacenada en el CDC de Atlanta y en el Instituto Vectorial Koltsovo de Novosibirsk (Rusia).6

Por supuesto, tener un tratado multilateral no siempre significa que todos jueguen con las mismas reglas. Pero si utilizamos las lecciones de la historia, hay pistas epidemiológicas comunes que pueden indicar un ataque biológico, en lugar de un brote natural. Estos indicios incluyen una distribución geográfica o estacional inusual, una presentación inusual de la enfermedad para una determinada población o grupo de edad. Y lo más importante, la infección debe seguir siendo inofensiva para su propio estado. Teniendo en cuenta que este virus es ahora mundial, eso deja a casi todos sin culpa, excepto posiblemente a unos pocos pingüinos en la Antártida.

• Materias:Industria de armas Coronavirus Salud
• Subjects:Weapons industry Coronavirus Health
• Palabras claves:COVID-19, Origen de la pandemia, SARS-Cov-2, armas biológicas, virus, China.
• Keywords:COVID-19, pandemic origin, SARS-Cov-2, biological weapons, virus, China.