Se evaluó el desempeño frente al desgaste abrasivo de láminas antidesgaste y recubrimientos duros aplicados por soldadura eléctrica, utilizando la norma ASTM G-65. Para caracterizar los recubrimientos, a algunos depósitos se les hicieron pruebas de dureza, microscopia óptica y microscopia electrónica de barrido (SEM). Se observó que a medida que aumenta la dureza, aumenta la resistencia al desgaste, pero también se evidenció que no se sigue un patrón de crecimiento lineal. Por lo tanto, la dureza es información que nos puede dar un criterio de selección, pero no puede ser el único factor a la hora de elegir un recubrimiento duro aplicado por soldadura para la protección contra el desgaste abrasivo, ya que hay otros factores que afectan el desgaste, como la distribución y forma de los carburos en el cordón de soldadura. La unión de los recubrimientos con el metal base es muy buena. La dilución con el metal base hace que la dureza del primer pase de soldadura sea menor que la del tercer pase.
I. INTRODUCCIÓN
La corrosión, el desgaste y la fractura, especialmente en la superficie de los materiales, se consideran los principales problemas en los dispositivos y la maquinaria utilizados en la minería, la metalurgia, la mecánica, el petróleo y la ingeniería civil. Estos fallos en los materiales no sólo provocan grandes pérdidas económicas, sino también humanas. La fabricación de placas de desgaste y revestimientos duros resistentes al desgaste ha mejorado la calidad de la maquinaria; además, estas técnicas de protección contribuyen a desarrollar la tecnología de mantenimiento y producción 1. El desgaste consiste en la pérdida de material y la disminución de las dimensiones, por lo que se pierden las tolerancias. En general, el desgaste afecta a la vida útil y a la fiabilidad de casi todas las máquinas 2. Predecir el desgaste es difícil porque no es una propiedad intrínseca del material, sino que depende de los tribosistemas en los que interactúan los cuerpos 3.
En industrias como la agricultura, la minería y el petróleo, las condiciones de trabajo crean un entorno difícil para los aceros, las placas de desgaste y los revestimientos protectores, debido al procesamiento, el transporte o la eliminación de la gran cantidad de piedras y arena altamente abrasivas, que pueden inducir daños como la abrasión severa y el desgaste por impacto. Las placas de desgaste y los revestimientos duros pueden prolongar la vida útil de la maquinaria al aumentar la resistencia al desgaste 4,5. En muchos casos, un aumento de la dureza del material conlleva una mayor resistencia al desgaste abrasivo; esta correlación se produce cuando se desprecia la presencia de carburos. Otras variables que afectan a la resistencia al desgaste abrasivo son la morfología de los carburos, la naturaleza de la matriz y los mecanismos de eliminación del material 6,7.
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