Se analizaron datos hidrometeorológicos de toda la cuenca hidrográfica del río Ariporo (Casanare) desde 1996 hasta 2019, para verificar sus ciclos y estadísticas. Se realizó una simulación hidrológica de la cuenca utilizando machine learning para obtener los datos desconocidos y se delimitó el área aferente con base en el punto de medición de caudal del Ideam, empleando un modelo de elevación digital de 12,5 metros de precisión. Como resultado, entre 2013 y 2014 disminuyó la precipitación, se perdió la infiltración de agua lluvia de los acuíferos y ello evitó que el río se supliera en la temporada de sequía, lo cual se asocia con alta mortandad de especies animales. Entre 2011 y 2016 aumentó el nivel pluviométrico debido al fenómeno de La Niña. Los resultados permiten plantear un modelo tipo VAC como estrategia para que los tomadores de decisiones incorporen estrategias productivas que maximicen la infiltración del agua lluvia para asegurar que el río tenga agua en la temporada seca. En este sentido, el artículo es una propuesta sostenible para la cuenca hidrográfica del río Ariporo, a partir de la simulación hidrológica y del diagnóstico de la cuenca alta del río Paz de Ariporo.
INTRODUCCIÓN
El río Ariporo, ubicado en la parte oriental de Colombia, en el departamento del Casanare, está condicionado por las corrientes de aire húmedo que entran desde el norte del país con un gran contenido de vapor de agua, generador de las altas precipitaciones de la Orinoquia [1]. La cuenca hidrográfica del río Ariporo está definida como una subzona hidrográfica por el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), que nace a 2200 m s. n. m. y drena en sentido oeste a este, y su desembocadura se da sobre el río Meta a 110 m s. n. m. [1], [2].
La cuenca presenta una forma alargada, con una longitud aproximada de 265 km y un ancho promedio de 25 km, con predominio de paisaje de planicie y una pendiente de 0,7 %. En zonas de montaña alcanzan pendientes del 15 % [2], [3]. Por otro lado, la capacidad de uso de tierras dentro de la cuenca se encuentra predominantemente dentro de las clases 4 (55 %) y 6 (cerca del 25 %), es decir, unidades con predominancia de restricciones por pendiente y suelos. Las tierras en clases 2 y 3 ocupan en total cerca del 4,42 % del área de la subzona hidrográfica y permiten en su mayoría cultivos intensivos y actividades ganaderas. Excepcionalmente, las áreas dedicadas a los vallecitos intermontanos (que deben dedicarse a actividades forestales de protección), previstas dentro de la clase 5, alcanzan el 12,88 % [4].
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