Actualmente la tecnología de ósmosis inversa es uno de los recursos más utilizados para la desalación de agua marina o salobre; sin embargo, aún presenta inconvenientes debido al vertido de salmueras, por lo que revalorizarla y reutilizarla es necesario para crear un ciclo de desalación sostenible. Una posible alternativa es la industria cloro–álcali para obtener cloro y sosa, aunque ello precisa de una salmuera con una baja concentración de iones divalentes perjudiciales para el proceso.
En este proyecto se ha diseńado y simulado una planta piloto de nanofiltración con la finalidad de obtener una instalación económica, fiable y que sirva para el estudio de las posibilidades de esta tecnología como purificación. De forma que el proyecto se divide en:
El diseño de la instalación se ha realizado en torno a las membranas y sus límites de funcionamiento. Para ello se utilizó un software para optimizar el número de membranas necesarias considerando aspectos tales como la composición de la salmuera, la temperatura o la recuperación del sistema.
La investigación está dividida en dos partes:
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