Aunque múltiples estudios no han determinado qué es lo que unifica a los microorganismos carcinógenos, el papel de las bacterias en el desarrollo de neoplasias no se ha dilucidado adecuadamente. En esta revisión, analizaremos los vínculos entre las especies bacterianas y el cáncer, centrándonos en las respuestas inmunitarias para la estimulación de las células tumorales, como la inducción de la inflamación. Por último, describiremos las posibles estrategias terapéuticas de las bacterias sobre los tumores diana para mejorar el tratamiento y, al mismo tiempo, mitigar las reacciones adversas. El cáncer es una serie de cambios genéticos que transforman las células normales en tumorales. Estos cambios se deben a varias causas, como el tabaquismo, el consumo de alcohol, la luz solar, la exposición a factores químicos o físicos y, por último, la infección crónica por microorganismos, incluidas las bacterias. De hecho, las infecciones bacterianas no son cancerígenas, pero recientemente se ha descubierto que la asociación entre bacterias y cáncer se produce a través de dos mecanismos, el primero estimula la inflamación crónica y el segundo produce metabolitos cancerígenos. Aunque las bacterias también son agentes cancerígenos, cumplen una doble función eliminando y eliminando las células tumorales. Sin embargo, los tratamientos tradicionales contra el cáncer que incluyen la quimioterapia, la radioterapia, la cirugía y la inmunoterapia aumentan las posibilidades de supervivencia, y hay muchos efectos secundarios de estas terapias, incluyendo la alta toxicidad de los tejidos y las células normales, no pudo penetrar en las células tumorales, y la resistencia de estas terapias por las células tumorales. Por lo tanto, el mundo ha recurrido a una solución alternativa, que es el uso de microorganismos modificados genéticamente; así, el uso de bacterias vivas dirigidas contra las células cancerosas es la única opción para superar estos retos. Las terapias bacterianas, ya se utilicen solas o en combinación con la quimioterapia, tienen un efecto positivo para tratar múltiples afecciones del cáncer. Además, las bacterias pueden utilizarse como vectores para fármacos, genes o terapias, lo que supone un gran paso para tratar el cáncer. Así, revisamos los mecanismos subyacentes a la interacción de la microbiota residente con el cáncer. Las bacterias asociadas al cáncer difieren de las del ser humano sano y están relacionadas con el perfil de expresión génica. También discutimos cómo las bacterias vivas interactúan con los microambientes tumorales para inducir la regresión del tumor a través de la colonización y la propagación. Por último, presentamos ensayos clínicos pasados y en curso que incluyen bacterias dirigidas a tumores.
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