La preparación ante desastres es costosa; sin embargo, el costo involucrado en la falta de preparación es incalculable. La educación en preparación para desastres pediátricos es crucial, ya que existen muchos matices en torno a los niños y los desastres, como suministros, equipos y dosis, así como factores fisiológicos y mentales que hacen que la respuesta aguda sea dramáticamente diferente de los adultos. Como resultado, es importante que las familias, las escuelas y los empleados del hospital estén familiarizados con la preparación pediátrica ante desastres. En este artículo, discutiremos los desafíos relacionados con la educación en preparación para desastres pediátricos.
Introducción
La preparación para los desastres implica dedicar importantes recursos financieros y organizativos a algo que podría no suceder. Por el contrario, estar preparado es la mejor maniobra para sobrevivir a un desastre una vez que éste ocurre. La preparación para casos de desastre consiste en un análisis de la vulnerabilidad a los peligros y una evaluación de las necesidades de una institución o región, asegurando que se disponga de los suministros y recursos adecuados, planificando los pasos apropiados que conlleva una respuesta y educando a los diversos niveles de proveedores. La educación adecuada aumenta las probabilidades de que los suministros y los planes se utilicen y apliquen correctamente.
La preparación para desastres pediátricos es un área compleja, debido a las necesidades específicas de la población pediátrica: 1] la dosificación de la medicación pediátrica y sus contraindicaciones, el equipo de tamaño apropiado y las necesidades psicosociales únicas, 2] el apoyo de salud mental apropiado para la edad y la provisión para la reunificación familiar, y 3] la limitada investigación en la respuesta y educación en desastres pediátricos.
Uno de los primeros pasos en la educación de preparación para desastres pediátricos es decidir sobre las poblaciones apropiadas a educar. En junio de 2001, el Centro Nacional de Medicina de Desastres y Salud Pública llevó a cabo una conferencia sobre la elaboración de un programa de estudios de preparación para desastres pediátricos. En la conferencia se identificaron tres categorías de proveedores de atención médica: servicios médicos de emergencia (EMS)/primeros auxilios, personal del departamento de emergencias (ED)/hospital y personal ambulatorio. Además, el personal de la conferencia identificó a aquellos en cada categoría de proveedores de atención médica que deberían tener una capacitación en preparación para desastres pediátricos y cuya capacitación tendría el mayor impacto con respecto a la reducción de la morbilidad y la mortalidad de los niños [5].
De manera similar, a través de esta revisión, hemos identificado tres niveles en los cuales la educación para desastres pediátricos debe ser dirigida. El primero es la educación de las familias, los maestros y los administradores del sistema escolar.
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