El objetivo de este estudio era evaluar el efecto del factor motivacional en los resultados obtenidos tras implantar un sistema de fabricación ajustada en una empresa multinacional de fabricación de bienes de consumo. Se recogieron datos de indicadores clave de rendimiento de tres líneas de producción durante periodos anteriores y posteriores a la implantación de la fabricación ajustada. Se realizaron entrevistas no estructuradas y se aplicó el instrumento Motivation and Work Meaning Inventory (MWMI). A continuación, se correlacionaron los factores de motivación con los indicadores de rendimiento. Los resultados aportan pruebas en apoyo de la hipótesis, basada en la bibliografía, de que el factor motivacional en los equipos de trabajo en un proceso de implantación de lean afectará al grado de éxito del proceso. También se confirmó que, tras la implantación del programa, se produjo una mejora significativa del rendimiento operativo de las líneas.
1. INTRODUCCIÓN
La globalización exige que las empresas sean más competitivas, lo que las lleva a buscar herramientas y a adaptarse a los cambios y a las demandas de los clientes (Cardon & Bribiescas, 2015). Debido a estos objetivos cada vez más exigentes, un número creciente de empresas están implantando sistemas de fabricación ajustada. Los conceptos de manufactura esbelta se desarrollaron para maximizar el uso de los recursos reduciendo los desperdicios. El desarrollo de mercados y entornos cada vez más competitivos ha hecho que las organizaciones se vean obligadas a afrontar los retos y complejidades que estos cambios les imponen. Estas nuevas demandas pueden abordarse mediante el concepto de fabricación ajustada (Sundar et al., 2014), que refuerza la producción aumentando la eficiencia de costes y reduciendo los residuos, al tiempo que mantiene la garantía de calidad y la entrega a tiempo.
Aunque la fabricación ajustada (LM) es ampliamente reconocida por su eficacia en la mejora continua de la productividad, la calidad del producto y la entrega puntual a los clientes, menos del 10% de las empresas de todo el mundo han conseguido implantarla utilizando herramientas, técnicas y tecnologías ajustadas para mejorar eficazmente el rendimiento operativo (Vienazindiene & Ciarniene, 2013). La implantación de LM no debe basarse únicamente en enseñar técnicas a los empleados; también hay que centrarse en los factores humanos para que su implantación tenga éxito (Cardon & Bribiescas, 2015).
La aplicación de la fabricación ajustada implica a empleados de todos los niveles de una empresa, y se necesitan buenos procesos de comunicación para garantizar un buen flujo del proceso (Bendoly et al., 2015). Uno de los principales retos de la comunicación es garantizar la aceptación y la aplicación de los cambios por parte de todas las partes interesadas a todos los niveles.
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