Con la difusión de todo tipo de productos cosméticos y de cuidado personal en todo el mundo, es bastante sencillo entrar a una farmacia y encontrar ciertos productos que se pueden adquirir con mucha facilidad, sin necesidad de prescripciones médicas. Las legislaciones pertinentes ya han tomado acciones al respecto, y han establecido una lista de sustancias que no deben ser utilizadas en los productos cosméticos; a otras sustancias se les permite su inclusión, pero bajo ciertas condiciones especiales de concentración. Los colorantes tienen una regulación especial, y requieren de permisos adicionales para su utilización, en especial si son derivados de petróleo o carbón; también es controlada la composición, para prevenir el cáncer de piel por la exposición a este tipo de sustancias.
Los tatuajes y los maquillajes permanentes han sido objeto de fuertes críticas durante muchos años, en especial los primeros. Actualmente, ninguna legislación permite la inyección de colorantes en la piel y, en el caso de los maquillajes permanentes, se usan pigmentos no aprobados para contacto dérmico, como tintas similares a las usadas en imprenta y pinturas de características similares a las utilizadas en los automóviles.
Algunas de estas practicas se intentan hacer en condiciones de higiene razonables, pero no existe una normativa o legislación que establezca la manera en al cual deben hacerse estas practicas, por lo que su uso sigue siendo clandestino. Si los tatuajes son mal elaborados, pueden llegar a causar infecciones o reacciones alérgicas, y si el usuario no está satisfecho con el trabajo realizado, exige la remoción, que implica el uso de un laser de alta frecuencia que borre el efecto.
También existen otros productos que no cuentan con una regulación exigente y que pueden causar daños importantes en el cuerpo humano. Se tienen por ejemplo los tintes de cabello, que pueden causar irritación, quemaduras e incluso la pérdida del cabello. Los bronceadores también requieren un cuidado especial, porque estimulan la exposición al sol, aumentan el fotoenvejecimiento y pueden promover el cáncer de piel. También se han venido incentivando productos cutáneos adelgazantes, que en su mayoría reducen tallas de una manera temporal, porque eliminan principalmente agua pero no disuelven la grasa. Los peeling (procedimientos de limpieza facial) requieren de una exposición fuerte a compuestos químicos que llegan a causar irritaciones severas y daños permanentes en la piel. Algunas de las sustancias utilizadas en estos procedimientos han sido debatidas en diversos foros científicos, entre las cuales se incluye el fenol, del que se ha llegado a afirmar que puede causar pigmentaciones fuertes.
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