Se considera el impacto de la estructura de los ladrillos refractarios en propiedades operativas tales como la resistencia a la escoria y la resistencia al calor. Se han utilizado como muestras el ladrillo chamota utilizado en las plantas metalúrgicas de RK y el ladrillo refractario fabricado según la nueva tecnología con el uso de presión no estacionaria. Se ha estudiado la porosidad de los productos. Se ha demostrado que la porosidad, la resistencia a la escoria y la resistencia al calor de los productos fabricados utilizando presión no estacionaria son superiores a las de referencia.
INTRODUCCIÓN
Las propiedades de rendimiento de los ladrillos refractarios utilizados como revestimiento determinan en gran medida no sólo la productividad de las unidades metalúrgicas (hornos de fusión y hornos para tratamiento térmico, cucharas, baños, etc.), sino también la calidad de los productos acabados. La destrucción del revestimiento de ladrillos refractarios conduce
- en primer lugar, a la parada forzosa de los agregados metalúrgicos causada por los trabajos de reparación, lo que repercute negativamente en el coste de producción;
- en segundo lugar, a la obstrucción del metal fundido con inclusiones no metálicas de origen tanto exógeno como endógeno, impurezas mecánicas, etc.
Así pues, las propiedades de los ladrillos refractarios utilizados en los agregados metalúrgicos como revestimiento determinan tanto la calidad como el coste de los productos metalúrgicos acabados.
Por lo tanto, todas las actividades encaminadas a mejorar las propiedades operativas de los ladrillos refractarios son relevantes.
Una de las principales propiedades operativas de los ladrillos refractarios utilizados como revestimiento de los hornos de fundición es su resistencia a las escorias y al calor. En este caso, por resistencia a la escoria se entiende la profundidad de penetración de la escoria en el revestimiento; por resistencia al calor, el número de inmersiones del refractario en la masa fundida sin destruirlo. Ambos indicadores dependen de la composición química de la masa fundida (escoria) y de la estructura y composición del propio refractario [1].
Es obvio que la estructura óptima del refractario en cuanto a estas propiedades es su estructura densa, que impedirá que la masa fundida penetre en el cuerpo del revestimiento y reducirá así el riesgo de destrucción. Por otra parte, un artículo completamente no poroso tiene una masa significativa, lo que tampoco es deseable. En consecuencia, la estructura ideal del refractario para garantizar las propiedades óptimas de rendimiento será la estructura porosa de tipo cerrado que, por una parte, proporciona la masa mínima del producto y, por otra, impide la penetración de la masa fundida y evita su destrucción.
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