El diseño de una central nuclear debe proporcionar un margen adecuado para proteger los elementos necesarios para prevenir una liberación temprana y masiva de radiactividad en caso de terremotos que superen los considerados en el diseño. Una pregunta esencial es cuán grande debe ser el margen para ser aceptado como adecuado. En la práctica, dependiendo de la regulación del país, se requiere demostrar un margen de al menos 1,4 o 1,67 veces la aceleración máxima del suelo de diseño. La catástrofe en la Central Nuclear de Fukushima Daiichi reveló la experiencia fundamental de que las plantas diseñadas de acuerdo con las normas nucleares pueden resistir los efectos del movimiento vibratorio del suelo debido a terremotos desastrosos, pero pueden fallar debido a los efectos de fenómenos acompañantes o generados por los terremotos. La licuefacción es uno de esos efectos secundarios de terremotos que exceden las bases de diseño y que deben investigarse en las centrales nucleares ubicadas en suelos. Sin embargo, hasta ahora no se
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