En general, el mundo exige un nivel muy alto de control de la contaminación, y las empresas mineras se enorgullecen de que sus organizaciones sean ejemplos de excelencia en este campo. Los procesos mineros hidrometalúrgicos disminuyen la producción de gases y sólidos contaminantes a la atmósfera y maximizan la recirculación de disolventes en todos los niveles de tratamiento de aguas residuales. La electroobtención adicional de metal mediante el proceso hidrometalúrgico circular garantiza la recuperación de la máxima cantidad de metal extraído. La reducción de la contaminación contribuye a mejorar la rentabilidad de la empresa.
INTRODUCCIÓN
En todo el mundo se reconoce la necesidad de reducir al mínimo la contaminación producida por las aguas residuales. Las empresas mineras y de tratamiento de minerales de todo el mundo son conscientes de ello y tratan de aplicar las mejores prácticas en el control de la contaminación de las aguas residuales.
Durante mucho tiempo se ha considerado que las industrias mineras y de tratamiento de minerales contaminan el medio ambiente [1, 2]. Los últimos avances, en consonancia con muchas universidades e industrias mineras de todo el mundo, tienen por objeto minimizar el impacto ambiental negativo de las operaciones de minería y tratamiento de minerales [3]. En el presente informe se examinan las prácticas actuales que pueden desplegarse en la minería de minerales metálicos, la minería del carbón y las operaciones de tratamiento de minerales para reducir la contaminación de las aguas residuales.
Las operaciones de extracción de carbón y metales interfieren en la circulación natural del agua. En varias minas, el agua subterránea se acumula y debe bombearse para evitar inundaciones.
La composición y la temperatura de los efluentes dependen de la composición geológica de los suelos, la profundidad a la que se realizan las operaciones mineras y el tipo de mineral que se extrae.
TIPOS DE EFLUENTES MINEROS
Generalmente, persisten los siguientes dos tipos de efluentes mineros: [1, 4-5]
1. Los efluentes procedentes de minas profundas, que son neutros o ligeramente alcalinos, y se separan sistemáticamente en función de su contenido en sal. Los efluentes que poseen bajas concentraciones de sal se utilizan como aguas industriales, mientras que los que tienen un alto contenido de sal se recogen por separado y se eliminan de forma ordenada y planificada.
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