Las preocupaciones medioambientales y económicas aceleraron la investigación y producción industrial de biocombustibles. Muchos países han estado utilizando mezclas de gasóleo y biodiésel como combustibles, lo que justifica la investigación sobre la formación de biopelículas y la corrosión de los metales. Se utilizaron cilindros de acero al carbono AISI-1020 con un área expuesta de 1587 mm2, agua y agua asociada con combustible B3 (mezcla de diesel y biodiesel a 97 : 3 v/v). Se detectó la formación de biopelículas y se detectó biocorrosión en AISI-1020. Los resultados mostraron una variación de la microflora sésil durante los experimentos. En las biopelículas se observó una concentración significativa de bacterias aerobias, anaerobias, IOB, Pseudomonas aeruginosa y sulfato-reductoras. Las velocidades de corrosión variaron entre 0,45±0,01 y 0,12±0,01 mm/año, dependiendo de las condiciones experimentales. Los principales productos de corrosión identificados fueron diversas formas de FeOOH, magnetita y todas las formas de FexSy. En los sistemas en los que había altos niveles de bacterias reductoras de sulfato, se observaron fosas de corrosión. Además, los hidrocarburos alifáticos presentes en el fluido que contenía un 10% de B3 se degradaron totalmente.
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