Hoy en día es bien conocida la importancia de la Investigación y el Desarrollo para la supervivencia y longevidad de una empresa. Prácticamente todas las industrias sienten el impacto de la creciente competencia y el rápido ritmo del cambio tecnológico. Sin embargo, los recursos son cada vez más escasos, tanto para hacer negocios como para investigar, lo que deja a los directivos con la difícil tarea de seleccionar qué proyecto obtendrá financiación. Hace años, cuando el dinero era (aparentemente) ilimitado, el motor de la investigación era el reto de inventar algo nuevo. La complejidad del proceso, los intrincados métodos de análisis, la ruptura de nuevas fronteras eran el alimento de las mentes inquietas de los científicos. Entonces los profesionales del marketing tenían que trabajar para encontrar o crear mercado. Ahora mandan los estudios de mercado, las herramientas de análisis empresarial y otros aspectos antaño desconocidos para los científicos. En este artículo se describen tres enfoques de la financiación de la investigación y se resumen algunos de los principios que ayudan a las empresas a hacer mejor su trabajo.
INTRODUCCIÓN
Ya no hay debate sobre la importancia de la Investigación y Desarrollo para la rentabilidad y la longevidad de las empresas. Prácticamente toda la industria sufre el impacto de la competencia y la alta velocidad del desarrollo tecnológico. Sin embargo, los recursos disponibles para inversión son cada vez más escasos, lo que obliga a elegir qué proyecto debe recibir los escasos recursos disponibles.
Hace muchos años, cuando los recursos eran (aparentemente) ilimitados, lo que estimulaba a los científicos era el reto del descubrimiento. La dificultad que entrañaba, la multiplicidad de métodos de análisis y la complejidad del proceso instigaron las mentes de los investigadores. Esta fase ya ha pasado; incluso las nuevas tecnologías, que no hace mucho recibían grandes sumas de capital riesgo, se enfrentan ahora a una escasez de recursos.
Normalmente, cuando se analiza una inversión, la tecnología que se va a utilizar ya está desarrollada. Debe adquirirse a terceros o proceder de un propio centro de investigación. A la hora de adquirir tecnología, hay varios aspectos que se suelen tener en cuenta, como cuánto costaría desarrollar tecnología propia, que suele ser más barata cuanto más «actualizada» esté la tecnología que se va a adquirir. De hecho, para cuando se recorre el camino de la adquisición de tecnología, puede ser demasiado tarde para proseguir el propio desarrollo o para acumular la suficiente competencia para hacerlo. Sin embargo, si el mercado se identifica a tiempo, se puede tomar la decisión de invertir en investigación.
Por lo tanto, el área de investigación puede —y debe— participar en las decisiones estratégicas junto con el área de investigación. Sin embargo, este no suele ser el caso. Sea cual sea la metodología utilizada para evaluar una propuesta de proyecto, ninguna decisión debe tomarse sin conocer las aspiraciones del mercado.
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