Este artículo propone un modelo de gestión de energía eléctrica domiciliaria (GEDE), en el marco de la Ley colombiana 1715 de 2014. Se plantean diferentes modos de operación que se pueden aplicar en el prototipo sugerido de la red de energía domiciliaria. El sistema es de topología variable, de manera que se alimenta por fuentes de generación distribuida o por el sistema interconectado, y se relacionan con un sistema de control. Se analizaron tres escenarios: 1) generación distribuida en una hora pico, donde el usuario activa el sistema manualmente; 2) cargas prioritarias, donde el usuario decide qué conectar en las horas pico, y el servicio de generación distribuida se reserva para estas horas (este escenario es el semiautomático), y 3) sistema autónomo, donde se ahorra energía por medio de infraestructura inteligente que controla el uso de electrodomésticos e iluminación. Se prevé aportar nuevos esquemas de consumo de energía mediante dispositivos que aporten a la eficiencia energética empleando técnicas de monitoreo, control y supervisión de la energía, unidas a la generación distribuida. En esta propuesta, los usuarios domiciliarios tendrán participación en la toma de decisiones energéticas relacionadas con el consumo o generación, por medio de los incentivos ofrecidos en la Ley 1715.
INTRODUCCIÓN
En mayo de 2014, el Congreso colombiano expidió la Ley 1715, que regula la integración de las energías renovables no convencionales al sistema energético nacional con la intención de promover la gestión eficiente de la energía a través de mecanismos de tributación, acuerdos de cooperación e incentivos a la inversión. Esta ley también tiene como objetivo promover la investigación en la producción y el uso de los recursos energéticos no convencionales. Esta ley consta de diez capítulos divididos en 46 artículos [1]. En los títulos 1 y 2, se describen y sintetizan las normas para la generación de electricidad y los incentivos para la inversión en proyectos de fuentes de energía no convencionales así Promoción de la autogeneración a pequeña escala y generación distribuida, entrega de excedentes de energía, sistemas de medición bidireccional y mecanismos de conexión simplificados; incentivos para la generación de energía no convencional; e incentivos fiscales. En este momento, hay cambios de naturaleza tecnológica que apuntan a pasar de la red de distribución convencional a la red inteligente. Asimismo, las instalaciones eléctricas domiciliarias deben modernizarse en sistemas de gestión que permitan procesos de medición, monitorización y control para ayudar a los usuarios en la toma de decisiones de consumo y/o generación.
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