A día de hoy, el efecto producido por el cambio climático en nuestro entorno y nuestro estilo de vida es un hecho que resulta en un aumento de temperatura de la Tierra provocando fenómenos climáticos extremos, cambios en la circulación oceánica, deshielo y aumento del nivel del mar [1, 2]. Estos efectos se deben al aumento de la concentración de gases nocivos en la atmósfera que dañan la capa de ozono [3]. En este contexto, el sector de la construcción es una de las industrias con mayor impacto sobre el medio ambiente y por lo tanto debe ser responsable de las consecuencias que su actividad genera. A pesar de la entrada en vigor de las últimas regulaciones en materia de medio ambiente para la construcción, la incidencia de la edificación en el consumo energético global no sigue siendo una cuestión anecdótica [4]. Al contrario, los edificios residenciales y de servicios –comercios, oficinas y equipamiento– son responsables del 40% del consumo total de energía final y de materiales en la Unión Europea.
Por otro lado, las últimas estadísticas publicadas confirman que el sector de la construcción genera grandes cantidades de residuos tanto en procesos de construcción como de demolición (RCD) por año en todo el mundo [5]. En China se estima que se generan alrededor de 1.13 billones de toneladas de RCD al año, mientras que Estados Unidos y Europa generan alrededor de 548 y 923.9 millones de toneladas respectivamente. Además, en concreto en Europa, el porcentaje de RCD reciclado varía considerablemente de un país a otro, habiendo países que se encuentran muy por debajo de la media de la Unión Europea (50%) y lejos de países que presentaban índices de reciclaje superiores al 90% [5].
El agotamiento de los recursos así como el consumo energético, son dos factores que generan gran preocupación social y se consideraron dentro de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible publicada por Naciones Unidas [6]. Dicha agenda presenta una visión ambiciosa del desarrollo sostenible (integrando los tres aspectos económico, social y ambiental) y establece 17 objetivos para tal propósito. La Agenda 2030 es transformadora, enfocándose en la igualdad y dignidad de las personas y hace una invitación al cambio en nuestro estilo de desarrollo, respetando el medio ambiente. En cuanto a los objetivos marcados en la Agenda 2030 para el sector de la construcción, se hace imprescindible construir de forma sostenible para poder alcanzar un futuro socialmente justo, un medioambiente "regenerado", rico culturalmente y económicamente viable dentro del contexto actual del cambio climático.
Revista Virtual Pro
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