En los ecosistemas de alta montaña las hepáticas son elementos conspicuos y fundamentales para el mantenimiento y regulación de los ciclos hidrológicos, además de contribuir al reciclaje de nutrientes. En el Parque Natural Municipal “Robledales de Tipacoque” se realizaron levantamientos sobre cinco sustratos diferentes (materia en descomposición, base de árbol, suelo desnudo, rocas y raíz aflorante) y se registraron 52 especies de hepáticas, pertenecientes a 21 géneros y 12 familias. Las familias con mayor número de especies corresponden a Plagiochilaceae con 22 (40,7%) y Lejeuneaceae con nueve (16,6%). Los sustratos más representativos en número de especies fueron materia en descomposición (30), seguido de roca (22). La composición florística por franjas altitudinales está bien diferenciada por lo que se encontraron especies de hepáticas restringidas en un solo rango altitudinal.
INTRODUCCIÓN
Las hepáticas junto con los musgos y los antoceros son plantas no vasculares pertenecientes al grupo de los briófitos; considerados un grupo independiente como división Marchantiophyta (Barbosa et al. 2007). Las hepáticas son organismos pequeños que contribuyen de manera significativa en términos de biomasa y cobertura (Churchill & Linares 1995), también permiten la estabilización de las capas más superficiales del suelo, al colonizar rocas y suelos desnudos (Vanderpoorten & Goffinet 2009), establecimiento de plantas epífitas vasculares como las orquídeas, bromelias, helechos, entre otras (Gradstein et al. 2001). Por lo anterior, son considerados excelentes indicadores climáticos de humedad, temperatura y luz.
Se estiman cerca de 5000 especies de hepáticas en el mundo distribuidas en 300 géneros, y cerca de una cuarta parte de estas especies están en el neotrópico, representadas en 191 géneros y 41 familias (Gradstein et al. 2001). Es así, como en Colombia, se registran 840 especies de hepáticas, distribuidas en 136 géneros y 36 familias (Uribe & Gradstein 1999), para el caso de Boyacá la riqueza de especies se estiman en 188, siendo uno de los departamentos que más ha incrementado los registros, especialmente en los últimos años (Uribe & Gradstein 1999, Lagos et al. 2008, Gil & Morales 2014).
La distribución altitudinal de hepáticas en zonas subandinas y andinas está representada por una gran diversidad en términos de número de especies (Orrego 2005). Las hepáticas son consideradas elementos sensibles a los cambios microambientales, siendo así organismos bioindicadores; por lo cual, mediante el estudio de la abundancia y composición florística se pueden monitorear los ecosistemas y establecer la dinámica de flujo de agua, nutrientes y energía en los ecosistemas (Watson 1980, Gradstein 1992) ideas que fueron propuestas también por Frahm & Gradstein (1991) como grupos importantes en la definición de las franjas altitudinales, basados en los cambios de cobertura y fitomasa (Watson 1980, Gradstein 1992, Orrego 2005).
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