Los programas Manejo Costero Integrado, ICM, en países en desarrollo deben usar monitoreos bióticos costoefectivos que empleen metodologías científicas rigurosas, fáciles de aprender y adaptables, con equipo relativamente barato. Mientras los impactos en puertos colombianos incluyen pérdidas de hábitat, cambios en distribución, abundancia y diversidad de especies y en estructura de comunidades, desaparición de especies sensibles y aparición de indeseables, reducción y desplazamiento de recursos pesqueros, etc., las normas vigentes plantean minimizar impactos de construcción y operación de terminales portuarios, así como de actividades de dragado, y preservar especies de zonas portuaria, a través de la conservación de sus hábitats naturales. Sin embargo, la información disponible es insuficiente y no parece haber una conciencia clara en los puertos, ni en los representantes del Sistema Nacional Ambiental, SINA, del potencial de la información biótica que podría indicar las condiciones ambientales en éstos y el impacto de sus actividades.Este trabajo propone emplear información de monitoreos costeros en curso e integrarlo en un programa de generación de indicadores de gestión ambiental, a partir de información biótica de utilidad y, finalmente, aplicar criterios de ICM en varios puertos de interés para el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, MAVDT.
1. INTRODUCCIÓN
El daño creciente de los sistemas costeros se debe al crecimiento demográfico y a los cambios antropogénicos, tanto en la zona costera como en las cuencas interiores. Los mangles son aprovechados para madera, carbón de leña, acuacultura y aprovechamiento del terreno. Los pastos marinos están siendo dragados para hacer puertos o para construir playas en desarrollos hoteleros, y la deforestación interior conduce a mayor escorrentía y sedimentación. Los nutrientes de aguas residuales y la escorrentía agrícola aumentan la eutroficación, por lo que las reservas pesqueras costeras están siendo mermadas (Ogden y Gladfelter, 1986; Rogers, 1985).
El Manejo Costero Integrado (en adelante ICM, por sus siglas en inglés) es un enfoque para facilitar la articulación de intereses y responsabilidades de quienes desarrollan actividades que afectan los recursos costeros o están implicados en su desarrollo, administración y uso. El ICM abarca la costa, las aguas costeras y las cuencas interiores, pues las actividades con base en tierra firme impactan los sistemas costeros.
Un enfoque de ICM requiere indicadores robustos, capaces de reflejar «la salud» de la costa con relación a actividades ambientales, sociales y económicas, para facilitar la administración de los impactos sobre los recursos y minimizar posibles efectos adversos. Los indicadores transmiten un mensaje complejo de una manera simple y útil; pueden mejorar la comprensión de temas importantes, proyectar tendencias, comparar condiciones en áreas geográficas diferentes, interpretar medidas y resultados de políticas o acciones, dirigir la toma de decisiones y mostrar las articulaciones entre aspectos ambientales, sociales y económicos. Para ello, deben tener sólidas bases en investigación científica, social y económica rigurosa.
Los indicadores costeros permiten reconocer tendencias o acontecimientos que no pueden ser observados directamente; por lo tanto, pueden ser usados como medios de comunicación y/o de medición de las condiciones del ambiente costero en tiempo real, tasar impactos y exigencias para la administración y supervisar eficazmente procesos de ICM.
Los indicadores ambientales deben permitir reconocer el estado del ambiente a partir de las respuestas del componente biótico a las tensiones antropogénicas y el efecto de un enfoque de ICM para reducirlos o revertirlos. El grupo de los denominados indicadores biológicos o bioindicadores incluye especies de plantas y animales; muestra cambios en sus números, presencia/ausencia, condición y/o comportamiento, y proporciona información sobre la salud de un ecosistema, pues la tensión - sin importar los factores que la causen - ocasiona cambios cuantitativos y cualitativos en la estructura y el funcionamiento de las comunidades. Si se conocen los patrones de respuestas de las comunidades bióticas a la tensión, identificarlos puede exponer las clases de tensión que operan y, a veces, sus posibles fuentes.
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