En la literatura y en la práctica se ha debatido si el concepto de responsabilidad social de las empresas (RSE) está aquí para quedarse o no. Se argumenta que la RSE ha llegado para quedarse aunque otros marcos competidores y complementarios han llegado a la escena. Estos otros marcos incluyen la ciudadanía corporativa, la administración corporativa, la ética empresarial, la gestión de las partes interesadas, el capitalismo consciente, la creación de valor compartido y la sostenibilidad. Estos marcos se superponen significativamente en sus significados y aplicaciones. La RSC capta los valores clave incorporados en cada uno de ellos y por lo tanto continuará en su trayectoria sostenible. Se institucionalizará más en la práctica, aunque estos otros marcos tendrán sus adherentes.
La responsabilidad social corporativa (RSC) está aquí para quedarse en su formato actual o ligeramente modificado. La RSC ha sido estable y ha crecido desde los años 60 [1]. La RSC se ha definido de muchas maneras a lo largo de los años. En mi propio marco, la RSC se define ampliamente para abarcar las expectativas económicas, legales, éticas y filantrópicas que la sociedad pone en las empresas [2]. El progreso de la RSE en la década de 2000 puede parecer moderado a la luz de las presiones económicas apremiantes, pero también está luchando con marcos competidores y complementarios y con una nomenclatura socialmente consciente.
Algunos de los conceptos alternativos que abarcan la RSE incluyen la ciudadanía corporativa, la administración corporativa, la ética empresarial, la gestión de las partes interesadas, el capitalismo consciente, la creación de valor compartido y la sostenibilidad. Estos conceptos representan las principales variaciones de la RSE que se esfuerzan por atraer la atención y la adopción a nivel mundial. Todos estos marcos están interrelacionados y se superponen, y forman parte integrante de alguna faceta de la RSE. Aunque hay ligeros matices en el lenguaje diferente de cada uno, en el fondo todos se centran en que las empresas comerciales ayuden a mejorar la sociedad y las partes interesadas y, al mismo tiempo, a mantener su propia rentabilidad [3].
Cuatro fuertes tendencias de la RSE han reafirmado su trayectoria sostenible en la conversación sobre cuestiones sociales durante las últimas décadas. Estas cuatro tendencias han dado el impulso para la sólida posición de la RSE como la pieza central de estas concepciones contendientes y complementarias. Las cuatro tendencias incluyen la globalización de las prácticas de RSE, la institucionalización de la RSE dentro de las empresas, la reconciliación estratégica con los objetivos financieros y la proliferación académica.
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