En este estudio se evaluó el efecto de la concentración de disolvente orgánico en la resistencia a la tracción de una resina adhesiva experimental que contenía un sistema fotoiniciador ternario. Se utilizó una mezcla de monómeros basada en Bis-GMA, TEGDMA y HEMA como resina adhesiva dental modelo. Se utilizaron dos sistemas de fotoiniciación: un sistema binario [alcanforquinona (CQ) y benzoato de etilo y 4-dimetilamina (EDAB)] y un sistema ternario [CQ, EDAB y hexafluorfosfato de difeniliodonio (DPIHFP)]. Se añadieron diversas concentraciones de etanol a las resinas, a saber, 0, 5, 10, 20, 30 y 40 % en peso. Para investigar la influencia de la cantidad de disolvente en la resistencia de las resinas se utilizó el ensayo de resistencia a la tracción. Además, el uso de sal de iodonio en el sistema de fotoiniciación aumentó la resistencia cohesiva en comparación con el sistema binario. Independientemente de la concentración de disolvente, la resistencia cohesiva de los polímeros que contenían difeniliodonio era superior a la del sistema fotoiniciador binario.
INTRODUCCIÓN
Los adhesivos dentinarios se componen de monómeros de metacrilato, que se polimerizan mediante radicales libres y favorecen la adhesión entre los materiales y los tejidos dentales. Para aumentar la polaridad y reducir la viscosidad, se incorporan disolventes como etanol y acetona en la formulación de estos materiales. Esto permite la infiltración de resina no polimerizada entre el tejido dentinario parcialmente desmineralizado y favorece la creación de la zona de interdifusión formada por resina y fibras de colágeno de forma más homogénea[1].
Sin embargo, su evaporación es necesaria antes de la fotoactivación del monómero, ya que la presencia de disolvente residual durante la polimerización provoca una reducción del grado de conversión[2] y la densidad de reticulación del polímero[3,4], creando más poros en la interfaz adhesivo/dentina[5]. Estos acontecimientos interfieren con las propiedades del polímero formado[6], la citotoxicidad y el rendimiento a largo plazo del adhesivo. Yiu et al.[7] demostraron que incluso después de 120 segundos de secado del adhesivo, queda una cantidad considerable de disolvente.
Una forma de aumentar el rendimiento de un adhesivo es el desarrollo de sistemas fotoactivados más eficaces. Las sales de iodo son fotoiniciadores eficaces para sistemas monoméricos irradiados con luz ultravioleta. Tras ser irradiada por la luz, la sal de iodonio se descompone, promoviendo la generación de radicales libres útiles para el proceso de polimerización[8]. Aunque esta técnica de fotoactivación es satisfactoria para aplicaciones como las tintas de impresión, en el ámbito biológico, no se recomienda el uso de UV.
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