Resumen

El término bioterrorismo ha adquirido plena fuerza para la conciencia planetaria desde el comienzo del nuevo siglo. De hecho, a partir de los eventos ocurridos durante octubre y noviembre de 2001 con la contaminación intencional con esporas de Bacillus anthracis patógeno, de cartas distribuidas por el servicio postal público de los EE. UU. Y los ataques terroristas en los últimos meses de 2015 en Egipto, Francia, Malí, Afganistán, Turquía, Estados Unidos y otros países han advertido nuevamente sobre la realidad de la amenaza bioterrorista y sus inmensurables consecuencias económicas y políticas culturales e indeseables. En esta revisión resumimos las principales características estructurales que hacen que las esporas de Bacilli y Clostridia sean los agentes ideales para su uso en el bioterrorismo. Además, discutimos las propiedades de Coxiella burnetii no esporulante.

Introducción

El bioterrorismo en el mundo actual

Las armas biológicas, a diferencia de las armas nucleares, son más fáciles de producir y requieren mucha menos inversión de dinero y recursos humanos [1-8]. Se cree que si un atacante (un país, una secta o un individuo) quiere dañar a otro (la gente de un país), el costo económico de afectar el territorio enemigo usando un arma nuclear será considerablemente mucho más alto que usando un arma biológica [8]. Por lo tanto, debido a su bajo costo, su facilidad de producción y su temible peligro, es que las armas biológicas representan una verdadera amenaza para las sociedades modernas [2,4,6]. A diferencia de una guerra biológica (entre países) o un biocrimen (contra una persona) en un ataque bioterrorista, la población civil en general es el objetivo. En este sentido, un acto de bioterrorismo puede definirse como el uso intencional de agentes biológicos vivos (principalmente bacterias y virus) o sus derivados (principalmente toxinas) para causar pánico, enfermedad y/o muerte en la población. Debido a la relativa facilidad para desarrollar armas biológicas, no sólo los estados o naciones pueden patrocinar ataques bioterroristas, sino también las sectas, los fundamentalistas e incluso los individuos, es decir, un terrorista lobo solitario, que deseen hacerlo [1,4]. Hoy en día toda la humanidad está amenazada de un posible ataque con un arma de destrucción masiva. Incluso en casos de falsa alarma, los costos económicos para el país amenazado de originar la prevención y la aplicación de planes de respuesta son repetidamente millonarios en términos de presupuestos nacionales [9-14], sin mencionar el daño psicológico a la población civil que hiere el narcisismo de la sociedad en lo más profundo de su ser [2-4,9-14]. 

Si lo que se busca es el mayor daño físico y/o psicológico con el menor costo económico entonces: ¿cuáles deben ser las características ideales de un agente biológico como arma de destrucción masiva? Pues bien, debe cumplir con la mayor parte de las siguientes características: ser barato, fácil de esconder y de producir en grandes cantidades, no debe tener olor, sabor o color característico que revele su presencia antes de desencadenar su efecto tóxico y/o letal, debe poder ser aerosolizado, debe sobrevivir el mayor tiempo posible a su exposición a la luz solar, debe ser lo más resistente posible al secado y al calor, debe ser capaz de producir una muerte masiva o una enfermedad grave (i. e. tener una alta tasa de infecciosidad incluso en una dosis baja), debe ser contagiosa de persona a persona, y no debe haber disponible (al menos de manera oportuna) tratamiento médico o profilaxis una vez advertido el ataque [2- 4,9].

• Materias:Seguridad biológica Guerra química / biológica Enfermedades bacterianas
• Subjects:Biological Safety Chemical / biological warfare Bacterial diseases
• Palabras claves:Esporas; Ántrax; Botulismo; Gangrena gaseosa; Diarrea; Fiebre Q; Prevención respuesta al bioterrorismo
• Keywords:Spores; Anthrax; Botulism; Gas gangrene; Diarrhoea; Q fever; Prevention response to bioterrorism