En sectores carboníferos que presentan continuidad estratigráfica regional, los mantos de carbón deformados, por efecto de los esfuerzos tectónicos presentan características estructurales locales, que deben ser consideradas dentro de la correlación estratigráfica de los sondeos de exploración. Los ejemplos dados en este artículo explican cómo las dificultades de correlación estratigráfica en un yacimiento están relacionadas con el grado de deformación local del carbón.
1. INTRODUCCIÓN
La Formación Guaduas contiene los mantos de carbón utilizados en la industria, esta aflora en la Cordillera Oriental de Colombia y se desarrolla, principalmente, en dos importantes sectores carboníferos, a saber: el de Bogotá-Samacá y el de Sogamoso-Jericó.
Se ha observado que en la cuenca carbonífera Sogamoso-Jericó, la Formación Guaduas, junto con las formaciones ubicadas directamente encima y debajo de esta, presenta una gran regularidad estratigráfica por más de 100 km de distancia, lo cual indica una sedimentación sumamente uniforme.
En esta distancia, los mantos de carbón ocupan siempre la parte superior de la Formación Guaduas, cubriendo una columna estratigráfica casi constante de 220 m. La variabilidad lateral del carbón, difícil de captar a simple vista, debe ir afectando a lo largo de los afloramientos uno u otro manto, pero la distancia estratigráfica entre el manto superior explotable y el manto inferior es prácticamente la misma.
El origen del carbón por el tipo de sedimentación en ambientes parálicos puede implicar la existencia de depósitos sumamente irregulares, lo cual depende exclusivamente de las características paleo-ambientales de una cuenca. Sin embargo, por la experiencia vivida en más de 40 años de operación de la mina La Chapa, en la región de Paz de Río, Boyacá, puede afirmarse que existe una buena continuidad de los mantos de carbón principales sobre grandes extensiones, como es el caso del yacimiento de La Chapa-Los Mortiños que alcanza los 50 km2.
Regionalmente, desde el sector de Sogamoso puede seguirse hacia el noreste el manto inferior grueso; es decir, aquel que corresponde al Manto 1B de la Mina La Chapa, en una distancia de 40 km. Por otra parte, en la Mina de Matayeguas, localizada a 3 km de la Planta de Belencito y que fue de propiedad de Acerías Paz del Río, el Manto A1, el Manto B y el Manto E se correlacionan bien con Los Mantos 7, 4 y 1B de La Chapa, e incluso ocupan la misma posición dentro de la Formación Guaduas y, sus distancias recíprocas son similares a las que se tienen en el sector de Socotá, al norte de Paz de Río.
En concordancia con lo detallado anteriormente, los levantamientos geológicos sustentan la interpretación de que, si no todos los mantos principales, el Manto 1B, sí tiene la continuidad en los distintos yacimientos, al exhibir un espesor real alrededor de los 3 m y conservar su posición en la columna estratigráfica.
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