La tecnología laminar, también conocida como galvanizado en escamas, está ganando una cuota cada vez mayor del mercado del revestimiento de zinc. Esta cuota abarca principalmente el ámbito de los elementos de fijación, como tuercas, tornillos, pernos, hebillas y muelles. Las ventajas incuestionables de los revestimientos de zinc en escamas son, entre otras, la alta resistencia a la corrosión, la ausencia total de cromo (VI) y de hidrogenación de las piezas, así como una buena resistencia a los productos químicos o a los rayos UV. Este artículo presenta métodos de aplicación y propiedades seleccionadas de los revestimientos de zinc en escamas.
INTRODUCCIÓN
La Directiva de la Unión Europea relativa a los vehículos al final de su vida útil, aplicada en 2000 (2000/53/CE) para garantizar el reciclado de los vehículos de combustión desguazados, ha reducido el uso de metales pesados tóxicos como el cromo (VI), el mercurio, el cadmio y el plomo en la fabricación de vehículos de combustión. La Directiva también prohíbe el uso de cromo (VI) en las industrias automovilística, electromecánica y electrónica [1].
La prohibición del uso de cromo (VI) ha introducido cambios significativos en el rendimiento de los revestimientos protectores. Actualmente, el cromo (VI) está siendo sustituido por el cromo (III), que se considera no tóxico, pero en algunos casos no es tan eficaz como su predecesor.
Todos los revestimientos, tanto metálicos como no metálicos, aplicados a materiales base forman una capa protectora para evitar la corrosión del material que se encuentra debajo. Los revestimientos no metálicos (pinturas, barnices, aceites, grasas, etc.) no son conductores de la electricidad y, cuando se aplican uniformemente, protegen la pieza hasta que el revestimiento se daña. Los revestimientos metálicos, por su parte, son conductores y tienen una función más activa en la prevención y el control de la corrosión [2].
En el caso de piezas recubiertas con metales menos preciosos como Cd, Al, Zn, Zn-Al (escamas de zinc), los metales menos preciosos protegen no sólo como recubrimiento sino que también evitan la corrosión del material base a pesar de los daños. Esta acción se denomina "protección protectora", ya que el revestimiento se corroe primero en la dirección de la pieza que tiene debajo. Este fenómeno se produce en condiciones atmosféricas normales, pero a temperaturas superiores a 85°C no hay protección protectora del zinc en el acero [2].
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