Este artículo fue creado por el 2015 investigación para el Grado de Ingeniería Electrónica del departamento de la Universidad de Santa Catarina (Brasil). La mayoría de los sistemas que miden el agua y se utilizan en las residencias pueden registrar el flujo de aire que puede estar presente en el sistema de distribución. Este problema es difícil de medir, ya que es una combinación de líquido y gas. El objetivo de este artículo es identificar y cuantificar la sensibilidad de los hidrómetros residenciales al volumen de aire registrado.
1. INTRODUCCIÓN
Desde la fuente hasta los puntos de consumo, ya sean comerciales o residenciales, el agua recorre un largo camino. El conjunto que integra todas las unidades e instalaciones a través de las cuales se suministra agua para consumo humano se denomina Sistema de Abastecimiento de Agua [1].
Según los estudios realizados, la mayoría de los hidrómetros instalados en los edificios funcionan a una escala de 3 m3/h o menos. Se reporta que en la ciudad de Campinas (Estado de São Paulo, Brasil), el 70% de las conexiones de edificios están provistas de hidrómetros con caudal nominal (Qn) de 0,75 m3/h, lo que representa 175 mil hidrómetros [2].
El uso de contadores de agua cada vez más sensibles puede plantear algunos problemas. Es conveniente que los medidores sean periódicamente retirados, examinados, reajustados o sustituidos, para una nueva etapa de trabajo, lo que evitaría pérdidas al concesionario de los servicios de saneamiento o a los usuarios [3].
Recientemente, el país sufrió una grave crisis hídrica con falta de agua en varias regiones. Esta crisis puso de relieve una posible deficiencia de los contadores de agua, que no recibió mucha importancia en la investigación. Los contadores de agua que deben medir el volumen de agua consumida también son sensibles al flujo de aire [4]. Por lo tanto, aunque no haya agua disponible para el consumo, si se abre un grifo, el contador de agua registra una variación en el volumen medido. Este hecho fue advertido por los consumidores, lo que dio lugar a quejas y denuncias, normalmente difundidas en las redes sociales; los informativos y los periódicos aumentaron la repercusión del problema [4].
La falta de agua crea diferencias de presión en la tubería. La distribución de agua en condiciones normales se produce en situación de presión positiva, es decir, cuando la presión dentro de la tubería es superior a la presión exterior (presión atmosférica). Cuando la presión fuera de la tubería es mayor, se produce una presión negativa y, en consecuencia, entra aire en la red de distribución [5].
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