Los desastres de quemaduras son incidentes especiales en los que un pequeño número de víctimas abruma rápidamente los servicios y recursos disponibles. Contrariamente a la hipótesis anteriormente sostenida de que las personas escapan con heridas leves o mueren inmediatamente, un gran número de pacientes gravemente quemados sobreviven a estos eventos y requieren asistencia médica especial. Para asegurar una respuesta adecuada se requiere una planificación y preparación adecuadas de la gestión de las crisis. Las directrices de selección y transporte de víctimas masivas deben ponerse en práctica y coordinarse con los planes de respuesta locales, regionales y nacionales. La adopción de decisiones y la utilización de los recursos deben adaptarse con precisión para permitir "el mayor bien para el mayor número". También incumbe a todos los profesionales de la salud sentirse cómodos con el manejo de los pacientes con lesiones por quemaduras hasta que puedan ser trasladados a un centro de quemados.
Introducción
Los grandes desastres son acontecimientos devastadores masivos impredecibles y son incómodamente comunes que provocan múltiples víctimas humanas. Son una amenaza inmediata para la salud pública [1-3]. Si un desastre es de grandes proporciones, como puede ser el caso de un terremoto o una inundación, puede verse afectada toda una región o un extenso territorio nacional [1]. Todos los desastres, ya sean inundaciones, terremotos, ciclones, sequías o incendios extensos, causan inevitablemente trastornos no sólo en el contexto físico sino también en el social y económico [1]. Tales eventos tienen el potencial de cobrar muchas vidas y abrumar los recursos médicos locales y las instalaciones de salud [2,4]. Los desastres naturales o causados por el hombre son un desafío mundial. Se vuelven aún más desafiantes cuando los recursos y la tecnología son inadecuados [5].
Los desastres por quemaduras son incidentes especiales en los que un pequeño número de víctimas abruma rápidamente los servicios disponibles, lo que resulta en la descompensación que se observa en cualquier desastre importante [6]. Aunque la mayoría de los incidentes de quemaduras resultan en dos o menos personas heridas en un momento dado, cada comunidad tiene grandes lugares de reunión en los que es más probable que se produzcan múltiples lesiones por quemaduras, como clubes nocturnos, asilos de ancianos, iglesias, escuelas, teatros o plantas industriales [7]. Invariablemente, un incidente con un alto número de víctimas de quemaduras plantea un desafío a cualquier sistema de atención de la salud [8]. Aunque no es único en el cuidado de quemaduras, las áreas de alta intensidad de especialidad como quemaduras, pediatría y traumatismo se convierten rápidamente en recursos escasos en un desastre [9]. Un incidente que resulte en víctimas de quemaduras críticas que excedan la capacidad de las camas de los centros de quemados locales y regionales puede ser una realidad dentro de cualquier comunidad y justifica una respuesta planificada [10].
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