La modificación de fibras lignocelulósicas puede mejorar su interacción con otros materiales y el peróxido de hidrógeno alcalino (AHP) es un reactivo ampliamente utilizado para promover dicha modificación. En este trabajo se modificaron fibras de cáscaras de avena mediante extrusión reactiva con AHP (7 g 100 g-1 de cáscaras). Las cáscaras de avena modificadas mostraron rendimientos comparables a los observados por otros investigadores utilizando el método AHP convencional (sin extrusión). Las cáscaras de avena tratadas con AHP mostraron una mayor luminosidad en comparación con las extruidas.
La espectroscopia infrarroja por transformada de Fourier mostró diferencias entre las estructuras modificadas y las no modificadas. La eliminación de los compuestos superficiales dio lugar a una morfología más abierta, con mayor superficie y mayor porosidad. La extrusión reactiva puede ser un método alternativo para la modificación de fibras con varias ventajas, como un tiempo de procesamiento corto y la no generación de aguas residuales.
INTRODUCCIÓN
En las últimas décadas, los materiales plásticos desechados se han acumulado en el medio ambiente como consecuencia de la resistencia de los polímeros derivados del petróleo a la degradación natural. La sustitución por polímeros biodegradables naturales o sintéticos ha sido ampliamente estudiada porque se degradan más rápidamente en comparación con los polímeros tradicionales. Sin embargo, la mayoría de los polímeros biodegradables (poli-hidroxialcanoatos (PHA), poli-hidroxibutirato (PHB), ácido poliláctico (PLA), policaprolactonas (PCL)) son más costosos y poseen propiedades mecánicas inferiores en comparación con, por ejemplo, el polietileno de alta densidad (HDPE) y el polietileno de baja densidad (LDPE). El almidón, un polímero natural de bajo costo proveniente de fuentes renovables, también produce materiales con propiedades mecánicas disminuidas y alta sensibilidad a la humedad, incluso cuando se utiliza en mezclas con otros polímeros biodegradables.
En este contexto, las fibras naturales han sido estudiadas como una buena alternativa para el refuerzo, mezclándose con polímeros biodegradables puros o sus mezclas para formar compuestos con un impacto ambiental reducido. Las fibras de curauá, yute, sisal, caña de azúcar y otras han sido probadas con este propósito.
Las cáscaras de avena (un subproducto del procesamiento de los granos de avena, ricas en fibra) son una opción interesante para su uso como refuerzo en compuestos. Se han realizado estudios con la inclusión de estas fibras en bandejas de almidón de yuca (producidas por extrusión seguida de termoformado) con buenos resultados.
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