Se analizaron los gases de exhosto de 25.173 vehículos que circulan en Bogotá, en el periodo de noviembre del 2002 a mayo del 2003. Del total de vehículos evaluados, 19.938 consumen gasolina y 5.233 operan con diésel. Se encontró que 14.7% de los vehículos con motor de gasolina no cumplen el límite permitido para monóxido de carbono establecido por la autoridad ambiental de la ciudad y 22.6% incumplen la norma de hidrocarburos. Igualmente se identificó que 30.8% de los vehículos con motor diésel presentan porcentajes de opacidad de los humos por encima del límite permitido. Por otro parte, se destaca que en los vehículos de gasolina que incumplen la norma de hidrocarburos las concentraciones superan en más de dos veces el límite normativo mientras que en los que operan con diésel y que no cumplen la norma de opacidad, en promedio, la excedencia es cercana al 45% de lo permitido.
INTRODUCCIÓN
A escala mundial se reconoce la influencia que el transporte vehicular urbano ejerce en el deterioro de la calidad del aire, situación que constituye un factor de riesgo para la salud de la creciente población de las ciudades y, en general, para el ambiente. Se estima que en Bogotá las Emisiones de los Vehículos (EV) contribuyen con 100% del total de HC y CO. 82% de NOx y 17% de SOx (Dama, 2002). Si además se tiene en cuenta que tanto el tamaño de la población como el del parque automotor muestran tendencias anuales crecientes. incluso mayores para los vehículos (2.5%, calculada con base en datos publicados por el Ministerio de Transporte en el año 2002) que para la gente (2,08%, Dane. 2003), resulta apenas lógico esperar que también se incremente el factor de riesgo sanitario y ambiental asociado a la cantidad y composición de las EV.
De lo anterior se desprende la necesidad de realizar los mejores esfuerzos con el propósito de reducir las emisiones atmosféricas generadas en las actividades humanas, y muy especialmente las EV, en atención a su magnitud y composición. Estas dos características de las EV dependen de una gran cantidad de factores de tipo tecnológico, cultural y climatológico que atienden, por una parte, a las especificaciones del vehículo (tamaño, edad. mantenimiento), tipo y calidad de combustibles utilizados, sistemas de control Instalados en los vehículos, flujo vehicular y modos de operación, y por otra parte, a las condiciones topográficas y la disponibilidad de oxígeno en la atmósfera de la ciudad. Como se ve. el problema es complejo dada la concurrencia de los factores citados y su gran influencia en la generación de emisiones atmosféricas.
Las normas que establecen los límites de EV en Bogotá contemplan restricciones para las concentraciones de monóxido de carbono, hidrocarburos y óxidos de nitrógeno, en vehículos de gasolina, y de la opacidad de los humos que se liberan a través del exhosto, para vehículos con motor diésel.
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