Los elementos potencialmente tóxicos (ETP) en los suelos están principalmente asociados a la fase sólida, unidos a la superficie de los componentes sólidos o precipitados como minerales. Para la mayoría de los TEP, sólo una pequeña parte se disuelve en la solución del suelo. Sin embargo, existe un interés por seguir el destino de los TEP móviles en el medio ambiente, ya que cada vez hay más pruebas que indican que puede producirse un movimiento descendente de los TEP en los suelos enmendados con biosólidos, lo que puede dar lugar a la contaminación de las aguas subterráneas. Por lo tanto, es crucial comprender los factores que controlan la liberación de estos elementos tras la aplicación de biosólidos en el suelo, con el fin de superar los problemas relacionados con el movimiento descendente de los TEP en el perfil del suelo.
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