1. INTRODUCCIÓN
El objetivo de este trabajo es estimar la oferta de trabajo en México durante el periodo 1988-2002, utilizando información micro en un contexto macro. Para lograr este objetivo se analizan los factores relacionados con la decisión de cuántas horas trabajar en los hogares, la cual es tomada por el jefe de familia. Este documento también examina si los factores macroeconómicos, como el gasto público en educación realizado a nivel estatal, pueden influir o no en esta decisión en los distintos estados. En primer lugar, se examinan las características demográficas pertinentes de los cabezas de familia, así como diversas decisiones estatales sobre el gasto en educación, con el fin de estimar una oferta de mano de obra y trazar un mapa de las diferentes respuestas de los hogares en los distintos estados.
Resulta útil estimar la elasticidad salarial para dar cuenta de los factores que hacen que la gente trabaje más horas y observar si existe una preferencia por el trabajo o el ocio y cómo el gasto en educación, y los efectos salariales resultantes, hacen que la gente modifique sus elecciones. Hay varios factores que influyen en la relación endógena entre las horas de trabajo y los salarios; es decir, la decisión de trabajar se ve afectada por las diferencias regionales, el número limitado de vacantes en los distintos Estados, la falta de prestaciones por desempleo y la reducción de las prestaciones recibidas del Gobierno.
El caso mexicano es interesante no sólo por las diferencias salariales, educativas y de desarrollo entre estados, sino también por la tendencia a trabajar más horas por semana que varios países desarrollados en una base anual regular. Por ejemplo, durante el periodo de tiempo considerado y con base únicamente en personas ocupadas de 20 a 55 años de edad, se observa que los hombres trabajan en promedio 481 horas mientras que las mujeres trabajan alrededor de 38 horas por semana. Alesina y Glaeser (2005) comparan las horas trabajadas por las personas empleadas y en edad de trabajar en Europa y Estados Unidos. Observan que Estados Unidos tiene el valor más alto de horas trabajadas, que es de 392, mientras que el más bajo es Italia, con 37. Para Alemania el valor es de 36; Francia es de 36; y, en el Reino Unido es de 38 horas semanales por persona. Por lo tanto, los hombres europeos tienden a trabajar menos horas que las mujeres mexicanas. En el caso mexicano, las mujeres solteras trabajan más, 42 horas y representan, en la muestra, cerca del 5% de la población femenina ocupada. Por otra parte, los hombres solteros son el 4,4% en la muestra de hombres, y trabajan cerca de 47 horas, que es el menor número de horas trabajadas reportado para cualquier grupo masculino. Los hombres casados representan el 64% de la población de la muestra y trabajan una media de 48 horas, mientras que las mujeres casadas representan el 23% y trabajan una media de 37 horas semanales.
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