Desde la década de los ochenta la multinacional Shell ha venido desarrollando el proceso de conversión in situ (in-situ conversion process, ICP) para el tratamiento de esquistos bituminosos. Esta técnica utiliza el calor del subsuelo para convertir el kerógeno contenido en estas rocas en hidrocarburos ligeros fáciles de transformarse en gas y combustibles limpios. Recupera el recurso sin necesidad de la minería convencional, utiliza menos agua y no genera grandes pilas de residuos.
El propósito de este proyecto es demostrar la factibilidad de un desarrollo comercial de esquistos bituminosos en un terreno de 5760 acres arrendado al gobierno de los Estados Unidos. El sitio del proyecto se seleccionó con base en los siguientes criterios:
El proyecto está comprendido por cuatro fases:
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