El puré preparado a partir de plátanos sobremaduros, no aptos para el consumo humano, se utilizó como materia prima para la elaboración de películas biodegradables. Las películas se procesaron utilizando una laminadora de plástico semi-industrial de Mathis que funcionaba por lotes. Se evaluaron pequeñas cantidades de glicerol como plastificante y de pectina como aglutinante. El uso de la máquina Mathis en el procesado garantizó la homogeneidad y repetibilidad de la película. La adición de glicerol fue necesaria para conferir plasticidad a la película. La mejor combinación de módulo de elasticidad y elongación se encontró para el puré con composición de 4,5% de pulpa de plátano (g de peso seco/100 g de solución de película), 5% de glicerol (g de glicerol/100 g de puré) y 0,5% de pectina (g de pectina/100 g de solución de película). La adición de un 0,5% de pectina también mejoró la estabilidad del color de la película.
INTRODUCCIÓN
La demanda de materiales plásticos producidos a partir de fuentes renovables ha experimentado un notable crecimiento, tanto por razones económicas como medioambientales. Aunque todavía tienen costos de producción más altos que los polímeros convencionales, estos llamados "biodegradables" o "verdes" han sido objeto de una amplia investigación y evaluación. Según Gross & Kalra, el mercado mundial de polímeros "biodegradables", que era de unas 14.000 toneladas en 1996, creció en términos absolutos hasta 28.000 toneladas en 2000 y alcanzó las 94.800 toneladas en 2005. Según los datos más recientes facilitados por European Bioplastics, el crecimiento es exponencial y extremadamente optimista, especialmente para los próximos años, estimando la producción mundial en torno a 1 millón de toneladas para 2013 y podría alcanzar los 2 millones de toneladas en 2020. Aunque solo el 0,5% del total de plástico producido en el mundo puede considerarse biodegradable, se prevé que ocupará al menos el 2% del mercado mundial en los próximos años.
Materiales como las proteínas (colágeno, gluten y zeína), polisacáridos (alginato, almidón, quitosano y celulosa) y gomas (de origen vegetal o microbiológico), han sido históricamente las materias primas más evaluadas para la elaboración de plásticos biodegradables. Además de ser versátiles y ecológicos, estos materiales ya tienen propiedades que podrían sustituir a algunos polímeros sintetizados a partir del petróleo.
Otra posibilidad que se está evaluando recientemente es la producción de películas a partir de pulpa de fruta (puré), como alternativa potencialmente viable para hacer películas con buenas propiedades mecánicas y de barrera a los gases.
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