El objetivo de este trabajo es determinar los hábitos de medicación en caninos por parte de los propietarios, antes de la consulta médica, y clasificar los medicamentos utilizados por grupo farmacológico. Para ello se realizó un estudio de utilización de medicamentos por medio de un cuestionario dirigido a 196 propietarios en seis clínicas veterinarias. Se encontró que el 95% de los propietarios medicaban a sus mascotas antes de la consulta médica. En el 6,4 % de los casos no coincidió la medicación que administraron con el diagnóstico final emitido por el médico veterinario, ya que la patología derivaba de otro sistema. El 63% optó por utilizar la vía oral como medio para administrar medicamentos. Las dos formas farmacéuticas más utilizadas fueron la líquida (55,91%) y la sólida (32,8%). El grupo farmacológico más utilizado fue el de los analgésicos no esteroidales (24,73%). Según la correlación fármaco-dosis- frecuencia-patología, el 98% de los propietarios no administraron adecuadamente los medicamentos. Se concluye que los propietarios medican a sus mascotas sin recomendación del médico veterinario, la mayoría de ellos lo realizan con productos no aprobados para uso en caninos, y las dosis utilizadas son incorrectas y no tienen en cuenta la frecuencia de administración.
Introducción
La selección de un fármaco apropiado para la terapéutica empieza con el establecimiento de un diagnóstico preciso. Una vez que el médico veterinario ha establecido el diagnóstico de la enfermedad o disfunción en el paciente, decide sobre las distintas opciones para la terapéutica que se basa en la comprensión del proceso patológico y la farmacología de los posibles medicamentos a elegir[1].
Según Baos, la automedicación se define como el consumo de medicamentos, hierbas y remedios caseros por propia iniciativa o por consejo de otra persona, sin consultar con el médico, comportamiento que está profundamente influenciado por las condiciones socioculturales y la publicidad farmacéutica[2, 3].
Las mascotas también se pueden ver afectadas por este tipo de conductas, principalmente, por la medicación por parte del propietario [4], conducta que se ve influenciada por la venta libre de medicamentos tanto para uso humano como veterinario[1,5].
Cualquier terapia con fármacos debe considerarse como un riesgo calculado que debe ser sopesado antes del uso de la terapia en cuestión, de ahí que la automedicación implica riesgos por los posibles problemas o eventos relacionados con los medicamentos, que van desde leves hasta graves, según el fármaco y el usuario.
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