Los agentes de guerra biológica (BWA) tienen un amplio espectro. Incluyen algunas bacterias naturales o genéticamente modificadas, virus, rickettsia, hongos y toxinas biológicas. Algunos BWA particulares pueden causar el deterioro de los materiales, por ejemplo, bacterias que consumen petróleo
El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos ha clasificado la BWA en función del riesgo para la seguridad nacional, en tres categorías de A, B y C. El grupo A es altamente tóxico y representa un riesgo importante para la seguridad nacional. Incluyen: ántrax (Bacillus anthracis), peste (Yersinia pestis), tularemia (Francisella tularensis) y botulismo (Clostridium botulinum) La categoría B consiste en agentes biológicos o bio toxinas con diferentes características, que van desde una altamente tóxica, como la ricina, hasta una bacteria poco peligrosa como el estafilococo. La categoría C que se llama arma futura son las toxinas producidas por bioingeniería.
La BWA tiene algunas propiedades especiales que atraen a los terroristas y a los servicios militares para usarlas como arma. Los BWA son generalmente más fáciles de acceder y almacenar y menos equipo para su entrega que los agentes de guerra química (CWA) [4]. La otra característica importante de los BWA es el retraso en el inicio de los síntomas clínicos que resulta en un período de incubación [5]. Los períodos de incubación de los diferentes agentes son variados, desde horas para la Ricina, hasta unos pocos días, para el ántrax o la placa. Esto hace que haya problemas para el diagnóstico de la fuente del desastre y para encontrar al culpable.
BWA particularmente las biotoxinas como el botulín y el ricino son las armas más mortales que pueden no ser diagnosticadas inicialmente. La muy baja concentración de algunos BWA en el medio ambiente o en los organismos complica la detección de los agentes. El inodoro e incoloro de la mayoría de los BWA también debe ser añadido a sus listas de problemas de detección [6].
Algunos BWA, como la peste y la viruela, pueden propagarse rápidamente a una gran población dando lugar a epidemias y a veces a pandemias [7]. La velocidad de propagación complica la gestión y el control de los desastres inducidos por BWA, especialmente en poblaciones sensibles.
Algunos de los BWA como la viruela o el sarampión están casi erradicados en el mundo. La propagación de estos tipos de BWA en personas sensibles induce el rápido desastre epidémico debido a la sensibilidad de la población a estos virus y la falta de preparación de los servicios de salud (HS) puede inducir problemas en el diagnóstico clínico y el manejo de los pacientes [8].
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