Se sintetizaron dos series de copolímeros autobloqueantes, poli(ácido láctico-b-etilenglicol) (PLA-PEG-PLA), a partir de 1,1-lactida utilizando di-octoato de estaño como iniciador y poli(etilenglicol) (PEG) con terminación dihidroxi (Mn= 600 o 4000) como coiniciador. El enlace químico entre el segmento de PEG y los segmentos de PLA se confirmó mediante espectroscopia infrarroja por transformada de Fourier (FTIR), mediante espectroscopia de resonancia magnética de protones (1H-NMR) y análisis térmicos. El grado de polimerización de los segmentos de PLA en los copolímeros, DPPLA, se estimó a partir de los espectros 1H-NMR y ha mostrado una dependencia de la masa molar de PEG y de la concentración relativa de alimentación de 1,1-láctido. El aspecto físico de los copolímeros cambió en función de las longitudes de los segmentos hidrófilos e hidrófobos. Las pruebas de solubilidad revelaron la naturaleza anfifílica de los copolímeros. Los segmentos de PLA más largos de los copolímeros seguían presentando cristalinidad, mientras que se suprimía la cristalización de los segmentos de PEG.
INTRODUCCIÓN
El poli(ácido láctico) (PLA) es un poliéster relativamente hidrófobo, inestable en condiciones húmedas y biodegradable en subproductos no tóxicos (ácido láctico, CO₂ y H₂O), los cuales están presentes en el metabolismo de animales y microorganismos. Por lo tanto, tiene potencial para aplicaciones en los ámbitos médico y farmacéutico, principalmente como dispositivos implantables temporales (suturas, grapas, nanorreservorios para fármacos, etc.)[1-3]. Sin embargo, debido a su naturaleza hidrofóbica, su degradación in vivo se produce predominantemente a través de procesos celulares que resultan en una reacción inflamatoria local[4].
Durante su función temporal, los implantes preferiblemente no deben estimular respuestas adversas (inflamación, alergias, irritación, etc.) y deben absorberse en un tiempo adecuado a la terapia clínica. En general, la mayoría de los materiales utilizados como dispositivos ortopédicos (grapas y clavos de fijación) se absorben y eliminan completamente en aproximadamente un año o año y medio, permitiendo que el tejido óseo recupere gradualmente su función mecánica. Sin embargo, el poli(láctico) puede tardar años en descomponerse y ser completamente excretado por el organismo[5].
Al modificar químicamente el PLA con poli(etilenglicol) (PEG), se forma un copolímero anfifílico más susceptible a la degradación por hidrólisis, con menos adsorción de proteínas, células y/o tejidos, lo que reduce las probabilidades de desencadenar reacciones adversas.
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