Nuestro conocimiento de la biología celular y molecular casi ha alcanzado el punto en el que podría ser posible sugerir los signos y síntomas de una enfermedad ficticia y luego diseñar o producir el patógeno para causar el complejo de enfermedad deseado [1]. Las enfermedades de diseño podrían funcionar suprimiendo el sistema inmunitario, forzando a determinadas células a multiplicarse y dividirse rápidamente (como el cáncer) o, posiblemente, teniendo el efecto contrario, como iniciar la muerte celular programada (apotosis). Esta biotecnología de vanguardia demostraría descaradamente una mejora del orden de magnitud en la capacidad de la guerra biológica ofensiva o el terrorismo.
Los seis grupos de avances biológicos que potencialmente pueden convertirse en armas, descritos por el Grupo JASON y tratados anteriormente, comparten algunas ideas y técnicas. Se crearon con el objetivo de identificar una serie de posibles amenazas bioterroristas basadas en las capacidades biotecnológicas existentes o previstas. No pretendían ser exhaustivos ni descartar otras opciones [2]. Malcolm Dando, un destacado experto en guerra biológica, afirma que es posible modificar genéticamente microbios benignos para producir venenos BW, sustancias biorreguladoras o venenos. Además, los patógenos pueden alterarse genéticamente para aumentar su estabilidad en aerosol o en el medio ambiente o para frustrar las facultades de identificación, detección y diagnóstico [3].
Comprender el genoma humano
El Proyecto Genoma Humano tendrá un impacto significativo en el ritmo de la investigación en biología molecular y ayudará a comprender los aspectos más desconcertantes y desafiantes de la vida. Toda la secuencia de acontecimientos que tienen lugar en una célula humana tras una infección por un agente patógeno o la absorción de una molécula de toxina debería poder analizarse gracias a las nuevas innovaciones. Se hará evidente qué factores contribuyen a la susceptibilidad de una persona a las enfermedades infecciosas. Casi el 50% de todos los genes humanos tienen actualmente funciones desconocidas [4, 5]. Estas preguntas sin respuesta deberían aclararse mediante investigaciones de genómica funcional, que también permitirán construir nuevos enfoques preventivos y terapéuticos, como vacunas y antibióticos [6].
Se ha informado de la existencia de agentes biológicos dirigidos contra determinados grupos étnicos. Aunque teóricamente posible, los expertos suelen dudar de la "limpieza étnica biológica". Hasta la fecha, las investigaciones sobre la secuencia del genoma humano no han revelado polimorfismos que permitan clasificar definitivamente a los grupos étnicos. Según varios estudios, la diversidad genética de las poblaciones humanas es menor que la de las poblaciones de otras especies, y la mayor parte de la diversidad se encuentra dentro de los grupos étnicos y no entre ellos [7].
Reforzar el sistema inmunitario
La secuenciación completa del genoma humano también ofrece un nuevo punto de partida para una comprensión más profunda del sistema inmunitario humano y su posible manipulación [8]. Esto ofrece una excelente protección contra la guerra biológica. El Dr. Ken Alibek intenta actualmente desarrollar defensas contra el uso de armas biológicas tras años de trabajo en la FSU para diseñar genéticamente enfermedades para la guerra biológica.
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