Los videojuegos son una forma de ocio que tiene muchos posibles modelos de negocio, tradicionalmente se ha vinculado a ir a comprar un videojuego a una tienda, ya sea física o digital, pero desde hace años esta tendencia ha ido evolucionando.
Una de las opciones habituales es poder jugar con la sensación de que no estás pagando nada, que son gratuitos, pero ¿realmente son tan a coste cero como parecen?
Existen diversos modelos de negocio que hacen posible usar videojuegos sin la necesidad de pagar, pero habitualmente siempre hay alguna contraprestación para hacer viable la supervivencia del desarrollador.
En este artículo vamos a intentar aclarar algunos de los más habituales, con algunas observaciones para diferenciarlos.
Una de las primeras opciones que aparecieron en el mercado fueron los videojuegos que ganaban dinero con los anuncios, es decir, que el videojugador pagaba con su atención viendo publicidad. Los desarrolladores por lo tanto cobraban de las empresas que ponían los anuncios.
Habitualmente hay dos formas de integrar los anuncios en los videojuegos:
Fuente: Unsplash.
Este modelo permite jugar sin tener que pagar, pero ofrece la opción de realizar pequeños micropagos con moneda real para poder desbloquear contenido extra, acelerar el desarrollo de los personajes o disminuir el tiempo de construcción de edificios, entre otras posibilidades.
La base de esta propuesta es que el jugador se acostumbre a pagar de vez en cuando cosas baratas con dinero real, de esa manera el desarrollador recibirá poco dinero, pero muchas veces y de muchas personas.
Utilizan estrategias que favorecen la recursividad y fidelización, premiándote para que vuelvas al juego, dándote monedas extra por compras o creando lo que se suele denominar “muros de pago”.
Los “muros de pago” son situaciones en las que el desarrollador crea aumentos de dificultad más o menos artificiales que hacen que sea mucho más fácil avanzar por medio de la compra de ciertos objetos, haciendo complicado continuar en el modo totalmente gratuito.
Algunos videojuegos permiten que juegues de forma gratuita a cambio de información. La estrategia más sencilla para identificarlos suele ser la obligación de dar tu correo electrónico y alguna información personal para poder empezar a jugar, de esa forma el desarrollador puede perfilar a sus usuarios y vender dicha información a otras empresas que les pueda interesar.
Otra opción es que, para jugar, les permitas acceder a información de tu dispositivo, como las apps instaladas, contactos, etc. Sería similar a lo que hacen las cookies, con ello pueden mejorar el juego o terceras empresas pueden ofrecerte productos que te puedan interesar sabiendo lo que ya te gusta.
Fuente: Unsplash.
Una última alternativa, que tuvo cierta expansión hace unos años pero que ahora ya no es habitual, es poder jugar gratis a cambio de dar acceso al procesador de tu dispositivo, para hacer en segundo plano ciertas actividades. Esto se intentó sobre todo en el pico de las criptomonedas y también con algunas investigaciones que necesitaban mucho procesamiento, las empresas en vez de pagar para conseguir la potencia necesaria daban acceso a un videojuego y mientras usaban los ordenadores y móviles de los jugadores.
Además de lo anteriormente mostrado, también existen situaciones en las que el desarrollador pone en el mercado sus videojuegos a coste cero real. Hay multitud de motivos para realizar esto, algunos de ellos podrían ser:
Estos son solo los más habituales, pero pueden existir otros. En la actualidad se está dando en ciertas tiendas digitales la posibilidad de descargar el juego gratis, dando la opción de hacer una donación optativa para los desarrolladores. Es una manera de no obligar a pagar, pero poder apoyar el desarrollo de siguientes videojuegos si te parece oportuno.
Este es un artículo introductorio y divulgativo, por lo que se ha intentado resumir y usar términos simplificados o de uso habitual, aunque técnicamente puedan resultar mejor usar otros más concretos. Hay muchos matices y posibilidades que no se han descrito, sobre todo modelos híbrido donde se juntan varios modelos a la vez, como que convivan anuncios y micropagos, entre otros. El objetivo es que sea de utilidad para entender algunos conceptos y estar prevenidos de que a veces lo gratis no es gratis del todo.
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