La influencia humana en los océanos, incluyendo las áreas de alta mar (o las zonas más allá de las jurisdicciones nacionales–ABNJ por sus siglas en inglés), sigue intensificándose: el transporte marítimo mundial y las nuevas tecnologías aumentan nuestro alcance de las últimas "fronteras" del océano.
Esta dominación humana del océano implica la necesidad de diseñar estrategias para proteger y gestionar de forma sostenible la biodiversidad marina presente tanto en las zonas económicas exclusivas -ZEE, como en las ABNJ. Por eso, las negociaciones en curso de BBNJ (Biodiversity Beyond National Jurisdictions) para aplicar un acuerdo en el marco de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (Convemar), para la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad marina en las ABNJ, han delineado una serie de alternativas para proteger la biodiversidad en estas zonas.
Para el caso de la región del Pacífico sudeste, las distintas iniciativas existentes de conservación de los océanos y de ordenación regional integrada pueden ayudar a esbozar instrumentos eficaces de ordenación basados en la zona y orientar la adopción de decisiones aplicables a la alta mar.
Al respecto, dejamos algunas de las ideas que compartieron los expertos del taller “Utilización sostenible y conservación de la diversidad biológica en ABNJ del Pacífico Sudoriental", realizado en el marco de las actividades conjuntas de la Comisión Permanente del Pacífico Sur (CPPS) y el proyecto STRONG High Seas, que tiene por objeto fortalecer la gobernanza regional de los océanos para la conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica marina, en zonas situadas fuera de la jurisdicción nacional.
Juan Camilo Cárdenas, profesor titular de la Facultad de Economía - CEDE de la Universidad de los Andes:
Las regulación de las zonas económicas exclusivas está clara, mientras en las zonas más allá de las jurisdicciones nacionales no sucede lo mismo. Sin embargo, el comportamiento del número de los recursos catalogados como sobreexplotados varía poco entre ambos. ¿La razón?
En palabras de Cárdenas, según el resultado de sus investigaciones, la lógica de las pesquerías y agentes que hacen extracción en las ABNJ y que han participado en cientos de estudios se refleja de la siguiente manera: “Si veo mucha sobreexplotación en la ronda anterior, yo mismo hago un esfuerzo por conservar el recurso. Si en la ronda anterior hubo mucha conservación, ahora me siento con el permiso o la licencia para aumentar mi extracción porque siento que como grupo fuimos conservadores del recurso. Es lo que hemos analizado”, cuenta Cardenas.
Añade que para concluir esto, “lo que hicimos fue recoger los modelos teóricos que existen para explicar cuándo pueden existir equilibrios de sostenibilidad y acción colectiva sin necesidad de la obligación de reglas impuestas, que es a lo que estamos acostumbrados al interior de los países y comunidades. También, cuándo estos modelos pueden predecir y resolver estos problemas a nivel colectivo sin necesidad de imposición de instituciones”.
Por otro lado, Cárdenas explicó que debido al cambio climático, el monitoreo de los océanos debe hacerse de forma distinta al realizado durante el siglo XX, teniendo en cuenta que este fenómeno tiene impactos sobre las características biológicas y oceanográficas, por lo que es cada vez más importante hacer un registro permanente de indicadores clave como la temperaturas, el oxígenos disuelto, los vientos, etc., para saber cómo estos pueden afectar los ciclos de las pesquerías tradicionales como se conocían.
“Creo que hoy todo lo que pueda hacerse para mejorar información de especies y de indicadores biofísicos es clave para entender lo que el cambio climático está generando. Además, considero fundamental involucrar a la industria en ese monitoreo. Creo que en todas las flotas pesqueras se podrían montar redes de monitoreo acordadas para generar información pública y abierta, porque ahí todos ganamos. En ese sentido, con mejor información, se sabría cuándo intervenir y cuándo no para hacer extracción de recursos”.
Elizabeth Mendenhal, profesora asistente del departamento de Asuntos Marinos de la Universidad de Rhode Island (Estados Unidos):
Mendenhal también mencionó algunas sugerencias para mejorar la gestión de las ABNJ, entre ellas, crear un foro para que los actores con intereses sobre cómo usar el océano puedan interactuar y definir estrategias conjuntas, especialmente en cuanto a la protección de la biodiversidad.
"También, creo que es muy importante que haya un organismo que represente el bien común y la defensa de la biodiversidad del océano. Esto, teniendo en cuenta que hay tantos pequeños grupos con intereses particulares. Y al mismo tiempo, es necesario aplicar un estándar de autoridad científica que pueda verificar las propuestas que valen la pena para un tratado para las ABNJ”, explicó la experta.
Kristina Gjerde, consejera de High Seas e integrante del Programa Marino y Polar de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza:
En el taller, Gjerde manifestó que se debe actuar mejor y con mayor rapidez frente a las amenazas que hoy sufren los océanos del mundo, como la contaminación, el cambio climático y la pérdida de biodiversidad. “Todos los Estados tienen un interés en que los océanos sean saludables, productivos, diversos y resilientes. Por lo tanto, todos los Estados tienen la responsabilidad, bajo las leyes internacionales, de trabajar por la salud de los océanos”.
Sin embargo, añadió, las organizaciones regionales y locales actuales carecen del conocimiento y la capacidad de tomar decisiones para enfrentar estos desafíos. En ese sentido, un Acuerdo para las ABNJ da una oportunidad de fortalecer el conocimiento, la capacidad y el interés político para sostener los océanos del mundo y su biodiversidad.
WWF y el proyecto proyecto STRONG High Seas
Actualmente, WWF Colombia ejecuta el proyecto STRONG High Seas liderado por el Instituto de Estudios Avanzados en Sostenibilidad (IASS) en Potsdam, Alemania, donde junto a socios regionales busca fortalecer la gobernanza regional de los océanos para la conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica marina en zonas situadas fuera de la jurisdicción nacional-ABNJ.
WWF es la principal organización de conservación global, con presencia en más de 100 países y que cuenta con el apoyo de más de 5 millones de socios. Las acciones de WWF están enfocadas en seis grandes objetivos: especies, bosques, océanos, agua dulce, alimentación, clima y energía. WWF tiene además tres líneas de acción transversales: gobernanza política y social, finanzas y mercados.
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