Resulta interesante que, en la actualidad, tengamos acceso a miles de fuentes de información. Y gracias a las redes sociales, podemos saber que algo está sucediendo en ese mismo instante por alguien que lo está viviendo in situ. Pero siempre habrá quien quiera manipular y engañar a los demás falseando información. O tergiversando datos. Ante los bulos y la desinformación, solo queda ofrecer datos fehacientes y contraargumentos a las mentiras que se difunden en WhatsApp, X (antes Twitter), TikTok, Facebook o Instagram. Pero también en las tertulias de radio y televisión. Y en las portadas y artículos de opinión de diarios de todo el mundo.
Investigadores del MIT (Massachusetts Institute of Technology), de la Universidad Americana de Washington DC y de la Universidad de Cornell de Nueva York, han publicado recientemente una investigación en la que llegan a la conclusión que es posible reducir las creencias en teorías de la conspiración a través del diálogo con inteligencia artificial. De esta manera, bulos, fake news y demás manipulación informativa, pueden combatirse con esta nueva tecnología.
Los chatbots son un programa de ordenador que imita al ser humano al escribir en un chat de Internet. Si está bien diseñado, puede engañarnos hasta el punto de creer que hablamos con otra persona. Llevan entre nosotros varias décadas. Se emplean en banca online, ayuda al cliente y con fines lúdicos. Y con la inteligencia artificial, se han vuelto más eficientes en su tarea de responder, argumentar, contraargumentar y, en general, mantener una conversación.
Precisamente, uno de los ganchos de la IA generativa es que puede interaccionar con nosotros como si fuera un ser humano. Ofreciendo respuestas que parecen escritas o habladas por una persona. Y esto, claro está, puede emplearse con distintos fines. En el caso que nos ocupa, para combatir la desinformación.
“Los participantes humanos describieron una teoría de la conspiración a la que se suscribieron, y luego la IA se involucró en argumentos persuasivos con ellos que refutaron sus creencias con pruebas. La capacidad del chatbot de IA para sostener contraargumentos personalizados y conversaciones personalizadas en profundidad redujo sus creencias en conspiraciones durante meses, desafiando la investigación que sugiere que tales creencias son impermeables al cambio”.
“Para evaluar esta posibilidad, aprovechamos los desarrollos en inteligencia artificial generativa e involucramos a 2.190 creyentes de la conspiración en diálogos personalizados basados en la evidencia con GPT-4 Turbo. La intervención redujo la creencia en la conspiración en 20 %. El efecto se mantuvo 2 meses después, generalizado a través de una amplia gama de teorías de conspiración, y ocurrió incluso entre participantes con creencias profundamente arraigadas”.
Por otro lado, “la IA no redujo la creencia en conspiraciones verdaderas. Además, cuando un verificador profesional evaluó una muestra de 128 afirmaciones hechas por la IA, el 99,2 % eran verdaderas, el 0,8 % eran engañosas y ninguna era falsa. El desacreditado también se extendió para reducir las creencias en conspiraciones no relacionadas, lo que indica una disminución general de la cosmovisión conspirativa y un aumento de las intenciones de rebatir a otros creyentes en la conspiración”.
El proyecto sigue en pie y tiene página web. Al chatbot responsable de combatir la desinformación con IA se le llamó DebunkBot. Y puedes probarlo tú mismo. Solo tendrás que responder una serie de preguntas para que la inteligencia artificial sepa cuáles son tus creencias y, si crees en teorías de la conspiración, intentará contraargumentarlas.
DebunkBot no es el único proyecto enfocado a combatir la desinformación con inteligencia artificial. En Brasil, crearon un chatbot para WhatsApp, CoronaAI, para luchar contra las mentiras y bulos alrededor del coronavirus. Su intervención consistía en responder las dudas de los usuarios, empleando información veraz y contrastada. Y, por otro lado, refutaba bulos y desinformación que los usuarios compartían con la IA.
El papel de los chatbots, con IA o sin ella, es ofrecer información y ayuda en distintos contextos. Y si hablamos de combatir la desinformación, pueden ser una herramienta para organismos públicos y medios de comunicación que quieran difundir datos contrastados y refutar teorías de la conspiración o mentiras. Si quienes difunden mentiras ya están empleando inteligencia artificial para crear imágenes alteradas, es lógico que ocurra lo contrario. Aprovechar la IA para acabar con los bulos.
Sin embargo, no es tan simple como desplegar ejércitos de bots en las redes sociales. Los medios tradicionales tienen una gran parte de responsabilidad en la difusión de esas mentiras y bulos. Ya sea por intereses políticos o empresariales o, simplemente, para ganar audiencia a costa de sacrificar su credibilidad. Y, por otra parte, el público en general también tiene la responsabilidad de informarse correctamente. A través de un consumo activo y crítico de fuentes variadas de información. Y ahí la inteligencia artificial poco puede hacer.
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