En el más reciente informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), se dio a conocer que diversas actividades humanas, especialmente las que contribuyen a la emisión de gases efecto invernadero, son las responsables del calentamiento global de la superficie terrestre. Este fenómeno hizo que la temperatura global aumente 1.1 °C por encima del periodo de tiempo entre 1850-1900 en 2011-2020. Además, se declaró la alerta roja para la humanidad debido a la problemática climática.
Los gases efecto invernadero, como el metano, el óxido nitroso y especialmente el dióxido de carbono (por su abundancia en el planeta), atrapan la energía del sol que produce el calentamiento global en la atmósfera del planeta.
El dióxido de carbono en los últimos 800 mil años fluctuó su estancia en la atmósfera terrestre entre 170 y 330 partes por millón (ppm). Algo normal teniendo en cuenta que una proporción media del ciclo planetario del carbono establece 380 ppm de dióxido de carbono en la atmósfera. Sin embargo, desde hace 170 años, y especialmente en los últimos 30 años, los niveles han alcanzado a llegar a 415 ppm.
Fuente: Lobo, A. (2021).
Aunque este gas goza de una mala prensa por su afectación al clima, el dióxido de carbono es fundamental en el proceso de fotosíntesis, donde las plantas, a partir de la energía solar, transforman la mezcla de dióxido de carbono con agua en azúcar. A su vez, emiten el tan preciado oxígeno indispensable para la existencia de vida en el planeta. El carbono en su forma natural también es necesario para la formación del ADN de los seres vivos.
¿Pero cómo reducir la emisión de dióxido de carbono?
Sin duda, la forma más práctica de disminuir las emisiones de dióxido de carbono es reduciendo la utilización de combustibles fósiles como el petróleo, el carbón y el gas natural. En este sentido, la transición energética hacia el empleo de energías renovables y limpias es imprescindible.
Aunque la transición energética es lenta, la humanidad ha avanzado científica y tecnológicamente. Actualmente, es posible obtener electricidad por medio de los cuatro elementos de la naturaleza: energía solar a partir de la radiación del sol, energía geotérmica mediante el aprovechamiento del calor interior del planeta, energía eólica producida por el viento en la atmósfera y energía hidráulica o hidroenergía generada por medio del movimiento del agua.
En este proceso de transición hacia la energía limpia se destacan avances como los realizados en la creación de motores de combustión a partir de hidrógeno por parte de empresas como Toyota, BMW y Volkswagen.
Aunque en 1863, el ingeniero belga Etienne Lenoir creó un motor de combustión que funcionaba a partir de hidrógeno producido por electrólisis, actualmente esta tecnología sigue siendo muy costosa y por eso no se ha podido estandarizar de forma masiva.
Otros avances son el cemento energético, que se crea con la mezcla de residuos de centrales eléctricas y cemento. Este material funciona como una batería que almacena y libera energía; en un futuro, este material podría utilizarse en la edificación de construcciones sostenibles energéticamente. Con el empleo de materiales como la perovskita se están creando paneles solares más económicos y menos contaminantes que, desde tejados y ventanas de edificios y casas, generan la sustentabilidad energética de las edificaciones.
En el Reino Unido, se está implementado el uso de aerogeneradores o turbinas esféricas que giran a partir de viento, que puede hacerlas girar sin importar la dirección de choque del aire con la turbina. Así mismo, en países como Francia, Estados Unidos y Japón ya se construyeron algunas de las denominadas carreteras fotovoltaicas. Estas están compuestas por paneles solares resistentes que hacen el papel de recubrimiento del suelo en la vía. En 2014, en Ámsterdam se construyó una ciclorruta de 70 metros con paneles solares que produce 3000 kilovatios de electricidad por hora.
De igual modo, tecnologías como las aplicaciones del Internet de las Cosas (IoT) y la Industria 4.0 permiten controlar, por medio de sensores remotos, la generación y el consumo de electricidad de forma eficiente. Los últimos avances en Inteligencia Artificial también son de gran relevancia en el proceso de transición energética. Con algoritmos predictivos y de aprendizaje automático, se pueden optimizar los procesos de generación de energías limpias de forma óptima en relación con la demanda.
Fuente: Aciko, N. (2018).
Se resalta que la humanidad debe empezar a utilizar masivamente electricidad proveniente de fuentes de energías limpias y renovables. De igual forma, es urgente que las empresas se modernicen con los más recientes avances tecnológicos, adaptándose a la transición energética, automatizando sus procesos y gestionando integralmente residuos como las basuras, los desechos peligrosos y los gases efecto invernadero. Lo anterior solo puede realizarse por medio de apoyos a partir de políticas públicas coordinadas por los distintos gobiernos, integradas con regulaciones y normativas establecidas por los organismos internacionales correspondientes, en conjunto con la contribución científica de la academia y el aporte tecnológico del sector privado.
Cuando nos concientizamos de la forma en que se producen los productos que consumimos, el tiempo en que los utilizamos y a dónde van a parar finalmente esos productos convertidos en desechos, logramos entender cómo nuestra cotidianidad como consumidores está afectando al planeta.
Finalmente, y quizá lo más importante, es necesario transformar nuestro pensamiento y nuestras actividades cotidianas hacia una cultura global que fomente y establezca una economía sostenible, circular y sustentable. Donde la actividad humana, en sincronía con el medio ambiente, forje una vida digna y placentera para cada ser vivo del planeta. Esto requiere de un cambio radical de la forma en que consumimos desmedidamente productos, servicios y recursos naturales.
Mauro Sastoque Campos
Periodista, escritor y diseñador para la Comunicación Gráfica.
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Referencias
Aciko, N. (2018) Aerogeneradores [Imagen]. Pexels.
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Publicación virtual académico-científica, indexada a nivel Latinoamérica. Presenta la información de una forma innovadora a través de documentos hipertexto, multimedia e interactivos que complementan el proceso de enseñanza-aprendizaje en diferentes programas académicos relacionados con procesos industriales. Cuenta con un comité editorial y científico internacional ad honorem presente en diferentes países de Latinoamérica.
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