Manet, E. (1875).

Conocido como el maestro del terror, Edgar Allan Poe fue uno de los escritores estadounidenses más influyentes del siglo XIX. Su narrativa, considerada un tanto kitsch para la época y el contexto americano, logró impactar profundamente en Europa, especialmente en Francia, y dejó una huella imborrable en los escritores del cuento hispanoamericano contemporáneo. Relatos como “La máscara de la muerte roja”, “La caída de la casa Usher” o “El corazón delator” son algunos de esos relatos nos hemos topado en algún momento, especialmente en la niñez o juventud. Poe dejó un gran legado y se convirtió en un autor fundamental, una puerta de entrada a la llamada “literatura negra”.

Entre días soleados, Poe nos arrastra a mazmorras húmedas, donde carboneros entonan canciones y cuervos profetizan fatalidades. Es en este contraste entre lo cotidiano y lo macabro, entre la luz del día y la sombra gótica, donde se despliega el verdadero campo de experimentación literaria de Poe. Con un espíritu inquieto, exploró tanto la prosa como la poesía, y también se desempeñó como un crítico literario, un poco desordenado, pero con un agudo ojo para las obras. Y es, especialmente en sus escritos poéticos, donde a menudo se pasa por alto su obra Eureka, un libro que Poe describió como un poema en prosa sobre los mundos material y espiritual.

Portaretrato de Edgar Allan Poe.

Detrás del maestro del horror, es posible ver en Poe a un escritor con un alma científica que fue en gran medida pasado por alto y resulta interesante situarlo en medio del tumulto científico de la década de 1840. Su escritura se caracterizó por desprenderse del realismo dominante, que estaba en pleno auge y era lo que más demandaban los lectores, escapando así del “moralismo decadente” de las historias de su tiempo. Poe se enfrentaba a uno de los problemas principales de los escritores a mediados del siglo XIX: no podía limitarse a escribir, sino que también debía ganarse la vida. Baudelaire, gran admirador de su obra, decía: "No vivimos de licores de ambrosía ni de chuletas de Paros". Por ello, Poe trabajaba en revistas como crítico y publicaba también algunas obras para poder subsistir.

Los lectores de la época buscaban historias que les permitieran reconocerse en las obras, preferían relatos sensacionalistas y sentimentales. Al analizar el centro intelectual y de producción cultural de Estados Unidos en el siglo XIX, se percibe el esfuerzo por convertir a Boston en ese punto focal. Sin embargo, Poe era un poeta poco bostoniano; de hecho, vivió gran parte de su vida en el sur. Su estilo era mucho más cínico e irónico, lo que lo alejó de la seriedad con la que se consideraba a los autores de su tiempo. Ejemplo de ello es la crítica de T.S. Eliot, quien siempre lo vio como un autor de bajo nivel y poco serio.

Fuente: New York Public Library, (1848).

Sin embargo, la obra de Poe merece mucha más atención de la que se le ha dado. Su perspectiva se movió entre distintos géneros y públicos, buscando siempre una forma de distanciarse. En la narrativa de Poe, se percibe una constante batalla: con su país, con su público e incluso con otros escritores. En Eureka, esa última conferencia cosmológica, Poe se enfrenta al establishment literario, científico y filosófico, pero, en última instancia, se enfrenta a Dios mismo.

"A los pocos que me aman y a quienes yo amo, a los que sienten más que piensan, a los soñadores y a quienes creen en los sueños como las únicas realidades, les ofrezco este libro de verdades, no como un relato de la verdad, sino por la belleza que reside en su verdad, haciéndola verdadera. A ellos les presento esta obra únicamente como un producto artístico: considerémosla como un romance; o, si no aspiro a tanto, como un poema." — Edgar Allan Poe, en el prólogo de Eureka

Leer a Poe requiere múltiples lecturas, ya que su obra está llena de juegos de palabras, juegos de sonidos y acertijos. ¿Está hablando en serio o simplemente nos está tomando el pelo? Al abordarlo desde una perspectiva académica, la tarea no siempre es sencilla, pues implica rodearse de una gran cantidad de materiales de referencia. Poe es un escritor que vivió en una época de grandes descubrimientos, y su obra refleja ese lenguaje innovador. Posee una agudeza científica que impregna su estilo, anticipándose a su tiempo con una experimentación que lo hace profundamente modernista. Muchas de las ideas que exploró no tenían un nombre en su momento, lo que lo convierte en un autor, aunque la crítica no lo ha leído así, único y visionario.

Durante el auge del pensamiento materialista y objetivo en las décadas de 1840 y 1850, esta filosofía se utilizó para la conquista del Oeste americano, la desposesión de los pueblos indígenas, la esclavización y la explotación de los recursos naturales. Aunque Poe se aparta de la narración político-realista, es consciente de esta realidad. Su acercamiento es a través de la imaginación, esto le permitió explorar los impulsos perversos que podrían amenazar la estabilidad de lo que se consideraba la civilización moderna.

 
Edouard Manet ilustración del “Cuervo” en 1875.

Aunque el objetivo de Poe no era científico per se, sí poseía una curiosidad característica de los científicos de su tiempo. En sus poemas y escritos, especialmente en Eureka, anticipó algunos de los desarrollos importantes de la ciencia del siglo XX, como la teoría del Big Bang, la teoría del multiverso y la solución a la paradoja de Olbers. Poe, inmerso en los avances científicos, le dio un giro interesante y oscuro a estas ideas, sin buscar necesariamente un propósito, pero lleno de misterios por resolver. Sus escritos fueron ampliamente admirados por científicos como Albert Einstein. Es innegable que la fascinación de Poe por la ciencia se refleja en su narrativa, y su influencia es evidente tanto en su obra como en los avances científicos del siglo XX.

Laura Valentina González Pardo
Editorial Assistant
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Referencias: 

Poe, E. A. (1912). Eureka (Vol. 5). Skorpion. 

New York Public Library. (1848). Title page of the first edition of Eureka: A Prose Poem by Edgar Allan Poe [Imagen]. Wikipedia. https://es.wikipedia.org/wiki/Eureka_%28ensayo%29#/media/Archivo:EurekaTitle.jpg

Manet, E. (1875). Open Here I Flung the Shutter, from "The Raven" by Edgar Allan Poe [Impresión]. New York. The Metropolitan Museum of Art. "Drawings and Prints: Selections from the Permanent Collection," October 20, 2008–January 11, 2009.

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