Imagen. / BookReview

Hablar de evolución nos lleva inevitablemente a pensar en Charles Darwin y su obra El origen de las especies de 1859, un libro que revolucionó las ciencias biológicas. Sin embargo, otro de los grandes pensadores que contribuyó a nuestra comprensión de la evolución fue Richard Dawkins, etólogo, zoólogo, biólogo evolutivo y divulgador científico británico. Su libro El gen egoísta, publicado en 1976, también marcó un hito importante. Al igual que la obra de Darwin, el libro de Dawkins supuso un cambio de paradigma en nuestra manera de entender la evolución de las especies. Ambos textos no solo dejaron una huella profunda en la comunidad científica, sino que también lograron captar la atención del público en general, combinando rigor científico con una accesibilidad que sigue resonando en la actualidad.

Una pregunta que todos hemos oído alguna vez al hablar de evolución es: "¿qué fue primero, el huevo o la gallina?". Las respuestas siempre suscitan debates interesantes y son un buen punto de partida para cualquier discusión sobre biología evolutiva. Pues bien, El gen egoísta también aborda esta cuestión y nos permite dejar atrás ese dilema. En 1976, los científicos ya conocían la cadena de ADN y sabían que los genes contenían las instrucciones para ensamblar proteínas. Algunos incluso habían empezado a descifrar secuencias de ADN y a mapear ciertos cromosomas. Pero hasta ahí llegaba el conocimiento. Lo brillante de Dawkins es que, en lugar de profundizar en esas cuestiones técnicas, se enfocó en preguntas de fondo: ¿cómo evolucionó el altruismo?, ¿por qué los espermatozoides son pequeños y los óvulos grandes?, ¿cómo pueden coexistir depredadores y presas? o ¿por qué algunas especies tienen muchos hijos y otras pocos?

Imagen, libro ilustrado por Richard Dawkins (s.f.). 

El gen egoísta está compuesto por trece capítulos y su objetivo es reevaluar la teoría de Charles Darwin. La premisa central de Dawkins es que los genes buscan la inmortalidad y que los individuos o las especies son solo vehículos en esa búsqueda. Nuestras acciones como seres vivos están dirigidas hacia ese fin, lo que lleva a Dawkins a describir los genes como "egoístas". Esta metáfora revolucionó la biología evolutiva, trasladando el enfoque del individuo al gen, y marcó un cambio clave hacia un enfoque poshumanista.

“Somos máquinas de supervivencia, vehículos robot programados ciegamente para preservar las moléculas egoístas conocidas como genes. Esta es una verdad que todavía me llena de asombro.” ーRichard Dawkins

La teoría de la evolución se había centrado durante mucho tiempo en la "selección natural", pero el acierto de Dawkins fue destacar que son los genes los que reciben esas presiones selectivas externas. Además, abrió una nueva perspectiva al mostrar que, aunque los organismos individuales sean finitos, los genes pueden perdurar a lo largo de generaciones, lo que les otorga una importancia crucial en la continuidad de la vida en la Tierra. Este enfoque ayudó a explicar muchas de las rarezas que ocurren en nuestro entorno.

Un ejemplo es el altruismo en algunas especies, que bajo la noción de "supervivencia del más fuerte" parecía ilógico. Sin embargo, desde la perspectiva de los genes, se vuelve comprensible: un animal que se sacrifica por sus parientes no lo hace por altruismo moral, sino porque asegura la transmisión de los genes que comparte con sus familiares. Este comportamiento es evidente en especies como las abejas o los suricatos, donde ciertos miembros asumen roles protectores y se arriesgan para garantizar el bienestar del grupo, asegurando la perpetuación de sus genes compartidos.

“¿Daría yo mi vida para salvar a mi hermano? No, pero sí lo haría para salvar a dos hermanos u ocho primos”. ーJohn Burdon Sanderson Haldane

Tras más de cuatro décadas desde su publicación, ¿por qué deberíamos volver a leer El gen egoísta? La respuesta es clara: innovación. Rara vez un libro se adelanta tanto a su tiempo con tal nivel de genialidad. Un ejemplo es una observación que Dawkins hizo en el capítulo tres, que más tarde condujo a una nueva teoría sobre la genómica. Las ideas de Dawkins ayudaron a explicar lo que sucedía dentro de los genomas mucho antes de que la secuenciación del ADN se volviera rutinaria.

Lleno de ideas originales, Dawkins siempre reconoció que estaba parado sobre los hombros de gigantes como William Hamilton, George Williams, John Maynard Smith y Robert Trivers. Su éxito fue inmediato, y El gen egoísta sigue siendo uno de los grandes clásicos de la ciencia. Su influencia se extendió incluso al pensamiento sobre el comportamiento humano, ya que el libro no solo aborda la biología, sino también la psicología y el comportamiento desde una perspectiva evolutiva. Aunque Dawkins ha seguido publicando obras importantes, todo gira en torno a esa misma idea revolucionaria: El gen egoísta.

Laura Valentina González Pardo
Editorial Assistant
Virtualpro
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Referencias: 

Dawkins, R. (2016). The Selfish Gene (40th Anniversary Edition). Oxford University Press.
Disponible aquí 

Dawkins, R. (s.f.). The Selfish Gene. (s. f.). The Folio Society.
Disponible aquí 

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