Los procesos de fitorremediación datan del siglo XVIII cuando los químicos Joseph Priestley, Karl Scheele y Antoine Lavoisier, lograron demostrar que las plantas tienen la capacidad de descontaminar la atmósfera bajo la asistencia de la luz. Para finales del siglo XIX el botánico alemán Baumann, descubrió que algunas especies vegetales poseían una alta concentración de zinc, en suelos saturados de este mineral.
Para la década de 1960 en la Unión Soviética se efectuaron varias pruebas, donde se buscaba la descontaminación de suelos contaminados con dinucleótidos, a partir del uso de plantas seleccionadas. Para la década de 1970 se confirmó que las plantas tienen la cualidad natural de descontaminar los suelos y las aguas.
En la década de 1990 nace el término fitorremediación, concepto que proviene del griego y significa, “recuperar el equilibrio”. La fitorremediación es una técnica donde se utilizan un abanico variado de plantas para concentrar, absorber, degradar, inmovilizar, separar, disolver, volatilizar, eliminar o estabilizar materiales contaminantes como minerales, elementos radiactivos, derivados de hidrocarburos o compuestos orgánicos, en el agua o el suelo.
La fitorremediación es definida como un variado conjunto de tecnologías que, a partir de procesos bioquímicos, efectuados con plantas y microorganismos que se derivan de ellas, reducen in situ o ex situ, diversos contaminantes, de forma sustentable y con un bajo costo.
Los métodos de fitorremediación más importantes se clasifican en los que son utilizados para contener contaminantes como: la rizofiltración y la fitoestabilización, y los efectuados para eliminar las sustancias tóxicas: como la fitodegradación, la fitoextracción y la fitovolatilización.
Fitoestabilización o fitoinmovilización
Este método logra inmovilizar los contaminantes del suelo en las raíces de la planta o la rizosfera; normalmente es efectuado en grandes extensiones de suelo, siendo un método de fácil implementación, bajo costo y además los animales pueden alimentarse con las plantas utilizadas sin afectaciones a la salud que puedan replicarse en humanos que los consuman. Entre las plantas utilizadas en la fitoestabilización se encuentran la Lupinus albus en suelos con compuestos de cadmio y arsénico, la Anthyllis vulneraria para suelos contaminados por cadmio, plomo y zinc; finalmente se resalta la Brassica juncea que se utiliza en la fitoestabilización de suelos con compuestos de zinc, cobre, cadmio, hierro, plomo y magnesio.
Rizofiltración
Este proceso tecnológico para descontaminar aguas se realiza utilizando las cualidades de biosorción de algunas plantas acuáticas, que logran acumular por medio de las raíces diversos metales como cadmio, cromo, cobalto, níquel, mercurio, plomo, selenio, zinc, isótopos y compuestos fenólicos.
Fitodegradación
En esta tecnología se utilizan plantas y microorganismos para degradar contaminantes orgánicos o mineralizar compuestos tóxicos. Las transformaciones biológicas por los tejidos de las plantas con la catalización producida por enzimas, hacen que estas sigan siendo inofensivas para el ambiente. En este método se emplean plantas que produzcan enzimas como la deshalogenasa y la oxigenada, para remover compuestos de TNT, Bisfenol A, PAHs, hidrocarburos halogenados y diversos tipos de pesticidas, entre otros.
Fitoextracción
La fitoextracción, también denominada fitoacumulación, se fundamenta en la utilización de plantas que absorben contaminantes por medio de sus raíces y luego quedan acumulados en sus hojas y tallos. Algunas de las plantas usadas en esta técnica son la Thlaspi caerulescens para extraer compuestos de cadmio; Sedum alfredii, Viola baoshanensis y Vetiveria zizanioides para remover cadmio, zinc, y plomo; Alyssum murale, Trifolium nigrescens, Psychotria douarrei, Geissois pruinosa, Homalium guillainii, Hybanthus floribundus, Sebertia acuminata, Stackhousia tryonii, Pimelea leptospermoides, aeollanthus biformifolia y Haumaniastrum robertii para acumular plomo, entre muchas otras especies vegetales descontaminantes.
Fitovolatilización
Esta técnica se basa en la absorción de compuestos tóxicos del agua o el suelo que luego son liberadas en la atmósfera con una reducción en su nivel contaminante. En esta tecnología utilizan plantas como Brassica juncea, Salicornia bigelovii, Chara canescens y Astragalus bisulcatus, para la remediación de lugares contaminados por compuestos de selenio, benceno, nitrobenceno, tolueno, xileno y etilbenceno.
Finalmente, se resalta la importancia de los métodos de fitorremediación para solucionar diversas problemáticas de suelos y aguas, como se muestra en la gran cantidad de pasivos ambientales que existen actualmente en el planeta, y la necesidad de un compromiso con la fitorremediación de áreas contaminadas por parte de todos los sectores empresariales que, por medio de sus procesos industriales, intoxican con desechos o residuos los suelos, las aguas o el aire.
Mauro Sastoque Campos
Periodista, escritor y comunicador para la comunicación gráfica
Revista Virtual Pro
Bibliografía
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