El evento, que congregó a líderes comunitarios, representantes del sector pesquero, autoridades locales y aliados estratégicos, forma parte del proyecto Uso Responsable de los Recursos Pesqueros para el Desarrollo Sostenible, financiado por la cooperación Noruega (NORAD). Esta iniciativa se centró en empoderar a las comunidades pesqueras mediante enfoques innovadores que no solo promovieron la equidad de género, mercados inclusivos y justos, y la sostenibilidad ambiental, sino que también abordaron la reducción de pérdidas y desperdicios en la pesca artesanal a través de un uso eficiente de los recursos.
El proyecto destacó la generación de valor agregado como herramienta clave para maximizar el aprovechamiento de los productos pesqueros, mejorando su calidad, diversificando su uso y abriendo nuevas oportunidades comerciales que benefician directamente a las comunidades locales, bajo los principios de la bioeconomía azul. Esta estrategia integral refuerza el compromiso con un desarrollo sostenible que equilibra la productividad, el respeto por el medio ambiente y el bienestar social.
Este cortometraje es un retrato íntimo y conmovedor de las comunidades pesqueras de Tumaco. A través de su lente, se narran historias de lucha, innovación y esperanza frente a desafíos como el cambio climático, las desigualdades del mercado y la falta de infraestructura adecuada. El cortometraje celebra no solo su esfuerzo diario, sino también su conexión profunda con el océano como fuente de vida y sustento.
“El cortometraje es más que un homenaje; es un llamado a proteger los derechos y la dignidad de nuestros pescadores y pescadoras artesanales, quienes son fundamentales para la sostenibilidad de los recursos acuáticos y la seguridad alimentaria de nuestro país,” expresó Heysel Calderón, líder de pesca de FAO.
Por su parte, la Transformación Azul aborda los desafíos del sector pesquero artesanal con estrategias multidimensionales que buscan generar cambios tangibles en Tumaco y otras regiones costeras. Entre sus principales logros destacan:
Reducción de pérdidas postcaptura: Implementación de tecnologías innovadoras y aprovechamiento de subproductos para promover una economía circular e impulsar la bioeconomía azul.
Mercados inclusivos y sostenibles: Alianzas estratégicas que garantizan precios justos y conectan al sector pesquero directamente con consumidores locales e internacionales, eliminando la intermediación.
Equidad de género y empoderamiento comunitario: Fomento del liderazgo femenino y juvenil en la cadena de valor pesquera, promoviendo su inclusión en decisiones clave.
Protección ambiental: Incorporación de prácticas responsables que aseguran la sostenibilidad de los recursos marinos y costeros.
El impacto de "Guardianes del Mar" trascenderá más allá de su lanzamiento oficial. Es por esto que a partir de enero del 2025, el cortometraje estará disponible en todas las salas de Cinemark en Colombia, llevando el mensaje de resiliencia y sostenibilidad de las comunidades pesqueras de Tumaco a una audiencia nacional. Este logro busca sensibilizar a más personas sobre la importancia de proteger y apoyar a este sector muchas veces olvidado.
El acceso a las salas de Cinemark permitirá que esta historia llegue a miles de colombianos, quienes podrán comprender y valorar el esfuerzo de nuestros pescadores y pescadoras y el papel esencial que juegan en nuestra economía y riqueza cultural.
La FAO es la agencia de las Naciones Unidas que lidera el esfuerzo internacional para poner fin al hambre. Nuestro objetivo es lograr la seguridad alimentaria para todos, y al mismo tiempo garantizar el acceso regular a alimentos suficientes y de buena calidad para llevar una vida activa y sana. Con más de 194 Estados miembros, la FAO trabaja en más de 130 países. Todos podemos desempeñar un papel importante en la erradicación del hambre.
Mediante tecnologías de fenotipado de alto rendimiento –como sensores y cámaras de alta precisión–, las cuales se utilizan en la agricultura de precisión para desentramar rasgos involucrados en la respuesta de las plantas a diferentes factores –en este caso, cómo aprovechan la luz y responden a su entorno los cultivos de soya de Obando, Caicedonia (Valle del Cauca) y Puerto Gaitán (Orinoquia)– se desarrollan variedades más resistentes a los efectos del cambio climático.
El monitoreo realizado a 7.720 animales –distribuidos en 104 granjas de pequeños y medianos ovinocultores– evidenció que factores como el acceso a forraje de alta calidad y en grandes cantidades; la rotación de potreros para evitar el sobrepastoreo e impulsar la regeneración del pasto; y el uso de suplementos durante la gestación, la lactancia y el engorde, favorecen un crecimiento óptimo y mejoran la calidad de la carne.
En Arabia Saudí se anima a los agricultores a adoptar nuevas técnicas de riego, ya que el cambio climático y la desertización ejercen una presión cada vez mayor sobre los recursos hídricos y de tierras.
La tendencia en producción de aceite sigue al alza, pero el número de explotaciones, en cambio, se va reduciendo.
“Cacao el Corazón del Catatumbo”, es el nombre dado por las 300 familias participantes del proyecto que hoy deja aportes a la reactivación económica y productiva de la cadena de cacao en esta subregión de Colombia, integrando los enfoques étnico y de género como elementos clave para la transformación territorial.
Desechos como bosta de caballo, hojarasca, boñiga de cordero, poda de pasto, tallos de frijol y aserrín resultaron ideales para cultivar hongos comestibles como el champiñón gris (Pleurotus pulmonarius) de la variedad orellana gris, capaces de prosperar en condiciones climáticas extremas. Por su sabor y textura esta especie es muy apreciada en Europa y Norteamérica, y en Colombia tiene un alto potencial para ser producida a escala comercial.